En primera se viaja mejor, se dicen los eurodiputados

Las medidas de ajuste presupuestario están muy bien... cuando se trata del cinturón de los demás.

Cuando el cinturón es el de un asiento de avión mejor que sea de primera clase donde uno puede echar el respaldo para atrás y dormir una buena siesta, utilizar el teléfono exclusivo, ver la televisión o elegir película y comer un menú pensado y elaborado por un cocinero de esos que tienen varias estrellas Michelin, unos 500 euros. Todo esto debió de pesar en la decisión de los europarlamentarios cuando este miércoles votaron no a dejar la comodidad de los vuelos y a congelar sus sueldos.

pleno del parlamento, una europarlamentaria vota con la mano alzada
Foto:PE

Lo malo fue cuando se enteraron los ciudadanos españoles y las redes sociales se pusieron a echar chispas. Tanto que el (PSOE) y UpyD han pedido a sus representantes en el Parlamento Europeo que cambien el sentido de sus votos y se abstengan. Por el momento, retractarse de su primera decisión va a traer un poco de lío en la eurocámara... pero viajar van a seguir haciéndolo como hasta ahora, en primera en vuelos de menos de cuatro horas. La mayoría no piensa cambiar de asiento.

Los únicos eurodiputados españoles que votaron a favor de la enmienda fueron Ramon Tremosa (CiU), Oriol Junquera (ERC), Raul Romeva (ICV) y Rosa Estarás (PP). Se abstuvieron María Badía (PSOE) e Izaskun Bilbao (PNV).

Tampoco prosperó la enmienda que pretendía congelar los complementos al sueldo, dietas o gastos de representación. Se discutía el presupuesto del año próximo que contará con 1.725 millones de euros, un incremento del 2,3% respecto al de este año, cinco décimas por debajo de la actual tasa de inflación.

El informe presupuestario fue aprobado por 479 votos a favor, 176 en contra y 23 abstenciones, señala que «el parlamento debe dar muestras de responsabilidad presupuestaria y de autocontención manteniéndose por debajo de la tasa de inflación actual». Siguiendo esta máxima el mayor ahorro afecta a la financiación de los partidos políticos y fundaciones, campañas de información, tecnología, mantenimiento de edificios y provisión de puestos. En total un ahorro de 13,7 millones de euros con respecto a la propuesta inicial.