MÉXICO, (IPS) - La pobreza, que se agudizó en los últimos dos años en México, despunta como uno de los retos mayores para el gobierno que surja de las elecciones generales de este domingo 1 de julio. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que 52 millones de los 112 millones de mexicanos, viven en la pobreza, y el 25 por ciento están en la indigencia. «Será muy importante apoyar más el desarrollo social que la seguridad, aunque también es un tema fundamental. Lo ideal es que la población pueda superar la pobreza por medio de ingresos propios y no por subsidios», explica la coordinadora del Observatorio Nacional de Política Social y Derechos Humanos, Ximena Maroto.
Este centro hace un seguimiento y control ciudadano de la política social en varios ámbitos, como salud, alimentación, educación, trabajo, vivienda, programas de combate a la pobreza y políticas sociales para la equidad y familias. El gobierno del conservador Felipe Calderón destinó el año pasado unos 21.391 millones de dólares a programas de superación de la pobreza, que ha aumentado debido a la crisis económica que se inició en Estados Unidos en 2008 y contagió al resto del mundo industrializado.
El buque insignia de la actual administración es el Programa Oportunidades, que comenzó como Progresa a fines de los años 90 y que adoptó su formato actual en 2002. Cubre a 21 millones de personas, con presencia en unos 1.200 municipios y un presupuesto que este año llega a casi 5.000 millones de dólares. Estas transferencias, cuyo modelo ha sido sugerido a otros países, están condicionadas a que niños, niñas y jóvenes permanezcan en la escuela y asistan a centros de salud en las zonas más pobres del país.
Para el director general del no gubernamental Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco), Juan E. Pardinas ,»Oportunidades es un buen programam, pero no podemos esperar que un plan solo resuelva el problema de la pobreza. Necesitamos crecimiento económico y una mejor educación».
Los mexicanos están convocados a las urnas este domingo para elegir a 500 diputados, 128 senadores y al presidente del país para un mandato de seis años. Además, habrá comicios en 15 estados, y en siete de ellos también serán para gobernadores.
Enrique Peña, de la alianza Compromiso por México, formada por los opositores partidos Revolucionario Institucional y Verde, encabeza las encuestas de intención de votos. A Peña le sigue en los sondeos el izquierdista Andrés López Obrador, de la coalición Movimiento Progresista, compuesta por los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo y por el Movimiento Ciudadano, y Josefina Vázquez, del gobernante Partido Acción Nacional.
Los tres principales candidatos han destacado en su campaña electoral el combate a la pobreza, vinculándolo con el crecimiento económico y la generación de empleo. Los expertos estiman que la concreción de esas ofertas requeriría entre el cuatro y el seis por ciento del producto interno bruto (PIB).
La economía mexicana creció 3,9 por ciento en 2011, mientras que para este año las proyecciones del Banco Centrla de México sitúan ese indicador entre 3,25 y 4,25 por ciento y las del Fondo Monetario Internacional en 3,6 por ciento. En su informe de 2011 «Perspectivas OCDE: México, reformas para el cambio», este organismo, en cuyo seno están las naciones más ricas del planeta, resaltó que el gasto social no se reparte entre la población más necesitada. El informe refleja que el 20 por ciento de los más pobres en México capta el 10 por ciento de las transferencias orientadas a la reducción de la pobreza.
Desde 2009, la pobreza descendió un 3,5 por ciento en Perú, 3 por ciento en Ecuador y 2,7 por ciento en Argentina, pero creció 1,7 en Honduras y 1,5 en México, según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). «Se invierte en programas sin diagnósticos serios. El gasto social es importante, pero solo se aplican medidas paliativas», explica Maroto.
Un factor determinante, que no siempre está presente, es la evaluación de los programas en su diseño y funcionamiento. En ese aspecto, el Coneval identificó 273 iniciativas de alcance nacional, superpuestas en varios casos y no del todo transparentes. «Es necesario evaluar la política pública y los programas para ver cómo funcionan y eventualmente mejorarlos. No es solo una cuestión de más presupuesto, sino también de un mejor gasto», según Pardinas.
La OCDE y el Banco Mundial ya alertaron de que la agudización de la crisis económico-financiera global podría empeorar las condiciones de pobreza en países como México. Maroto enfatizó la dimensión laboral dentro de la definición de los programas sociales y se pregunta «¿Qué pasa cuando los jóvenes acaban la escuela y se encuentran con la falta de empleo?».
Este año se crearán en México más de 600.000 puestos de trabajo, pero lejos del millón de plazas requeridas para atender a un creciente mercado laboral. Si bien el desempleo es bajo, al rondar el cinco por ciento de la población económicamente activa, hay 14 millones de personas que trabajan en la economía informal.
El Observatorio del Salario de la Universidad Iberoamericana, en el sureño estado de Puebla, estimó que los salarios cayeron un 32 por ciento de media desde 2006 y que el poder adquisitivo de los mexicanos se redujo un 4,2 por ciento, con un mayor impacto sobre los segmentos más pobres.