«Mire allá, el azul, ese es un pesquero de la Unión Europea que amenaza nuestro sustento», nos explica Lallmamode Mohamedally, pescador de Mauricio, señalando un barco que descarga su captura en el puerto Les Salines, cerca de esta capital. Mohamedally es uno de los pescadores que regresó tras un arduo día de trabajo con la barca casi vacía. La contaminación y la actividad turística redujeron en los últimos años la captura para ellos.
Pero los pescadores locales sostienen que el acuerdo suscrito en febrero entre la Unión Europea (UE) y este país insular del océano Índico empeoró la situación. El tratado permite que, durante tres años, los pesqueros europeos se lleven 5.500 toneladas de peces anuales a un costo de 740.000 dólares. Los 3.500 pescadores locales, que ahora compiten con pesqueros industriales modernos, denuncian que su captura disminuyó entre 50 y 60 por ciento, pero no hay cifras oficiales que lo confirmen.
Los pescadores de Les Salines creen que los 86 barcos de las empresas de la UE que están en la zona les roban el sustento. «Esos grandes barcos recorren el mar alrededor de Mauricio y se llevan los peces», se lamenta Mohamedally. Como él, la mayoría quieren que se vayan los barcos europeos. Pero Mohamedally dice que no le importaría que operaran en aguas de Mauricio «si pescaran como los demás, como los taiwaneses y los japoneses». «Solo barcos palangreros, por favor, no los de redes de arrastre. Esos barcos capturan todo tipo de peces, pequeños y grandes por igual», explica.
La pesca con palangre es una técnica comercial que usa cientos o a veces miles de anzuelos cebados que cuelgan de un solo cordel. Es considerada la pesca más selectiva, pues la especie que se captura depende del tipo de gancho y de carnada que se elija. Este aparejo se usa para pez espada, atún, fletán y bacalao negro. Las autoridades de Mauricio consideran que esa es la única forma de explotar su vasta zona económica exclusiva (o ZEE) de 2,3 millones de kilómetros cuadrados.
Las compañías pesqueras locales son pequeñas y no tienen capacidad para pescar a gran escala. Las 5.500 toneladas que Mauricio permitió extraer a los barcos europeos están en marcado contraste con las pocas que capturan los 34 pescadores de Les Salines al año. La pesca representa solo el uno por ciento del producto interno bruto (PIB) de Mauricio, y la producción local es de 5.100 toneladas al año.
Mohamedally recordó que antes abundaban los peces que se mueven a tres o cuatro millas náuticas de la costa. Pero ahora, los pescadores van mar adentro y regresan con el barco vacío. «¿Qué pasará dentro de cinco años con nuestro trabajo?», se pregunta.
El presidente del Sindicato de Pescadores, Judez Rampol, está furioso. «Es una miseria, si los nosotros tuvieramosn la capacidad de adentrarnos tanto en el mar podríamos ganar unos 18 millones de dólares por las 5.500 toneladas que extrae la UE». Pero el ministro de Pesca, Nicolas Von-Mally, sostiene que Mauricio necesita ayuda para explotar la ZEE. «No tenemos barcos pesqueros. Si dependemos de la pesca local, los peces se morirán de viejos», argumenta.
Las fábricas de conservas de la isla procesan el atún que capturan los barcos de la UE, apunta Von-Mally. Pero se vende principalmente en el mercado europeo. El atún es un pez migratorio, si no lo capturamos en la ZEE de Mauricio, se irá a las islas vecinas de Seychelles y Maldivas. «Perderemos ingresos».
El dueño de la pequeña empresa local Taher Seafoods, Bahim Khan Taher, dice que le gustaría explotar los recursos pesqueros de Mauricio, pero necesitaría equipo y barcos modernos e incentivos para operar en la ZEE. «Con ayuda del gobierno en términos de incentivos fiscales, podríamos pescar allí. Eso estimularía nuestras exportaciones de recursos marinos». Mientras, a los ecologistas les preocupa que la sobrepesca agote las reservas de atún del océano Índico. «Los barcos de la UE están aquí porque las reservas de otros océanos se agotaron», dice el oceanógrafo e ingeniero ambiental Vassen Kauppaymoothoo. «Hubo una sobrepesca de barcos de Portugal, Francia y España. El único océano donde todavía quedan peces es el Índico, Extraer 5.500 toneladas al año es sobrepesca y agotará los recursos».
Para este oceanógrafo, el hecho de que Mauricio no tenga capacidad para explotar su ZEE no significa que deba permitir que lo hagan extranjeros. Recuerda que Marruecos decidió cerrar su zona a fin de preservar las reservas para la población local. Por su parte, el jefe de la delegación de la UE en Port Louis, Alessandro Mariani, argumenta que los barcos europeos ayudan a crear empleo, no a reducirlo. «En Mauricio, 5.500 puestos de trabajo se benefician del atún desembarcado por los barcos de la UE».
Según él, no hay competencia entre los barcos de la UE y los pescadores locales porque operan muy lejos entre sí. Los primeros se ubican a 15 millas náuticas de la costa, en tanto los segundos lo hacen a tres. «Además, añade, pescamos distintas especies». Mariani destaca que Europa es muy sensible al tema de las reservas de atún en el océano Índico. «Nuestra pesca se guía por investigaciones científicas.
El comité científico de la Comisión del Atún del Océano Índico señaló en octubre de 2011 que no hay sobrepesca en la región». «Queremos que siempre haya peces en el mar para las futuras generaciones», dice el representante europeo. Y niega que hubiera presiones sobre el gobierno de Mauricio para suscribir el acuerdo. «No es real. Mauricio y la UE son socios y siempre discutimos cosas de interés para ambas partes», replica.