Cuanto más alto es el órgano jurisdiccional, menor es el número de juezas. Aunque el porcentaje de mujeres en juzgados de primera y segunda instancia indica una tendencia positiva, a los tribunales supremos de la mayoría de los Estados miembros les queda mucho camino por recorrer para alcanzar una proporción entre mujeres y hombres del 40/60 %. La Comisión Europea ha dado a conocer este lunes el cuadro de indicadores de la justicia en la UE correspondiente a 2015, que ofrece una visión de conjunto de los sistemas judiciales de los Estados miembros.
Vĕra Jourová, comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género, ha dicho: «Sabemos que las reformas judiciales tardan en producir resultados, pero observamos señales alentadoras en el nuevo cuadro de indicadores. Confío en que los Estados miembros prosigan las reformas con determinación y compromiso.»
Los indicadores dan a conocer carencias en varios Estados miembros, tanto en lo que respecta a las herramientas TIC disponibles para la administración y gestión de los órganos jurisdiccionales como en las comunicaciones electrónicas entre los órganos jurisdiccionales y las partes.
En la mayoría de los Estados miembros, más del 20 % de los jueces ha participado en las actividades de formación permanente en Derecho de la UE o sobre el Derecho de otros Estados miembros. Un porcentaje que supera en mucho el objetivo anual del 5 % de los profesionales que necesitan recibir formación para cumplir, de aquí a 2020, el objetivo del 50 %.
La mayoría de los Estados miembros permite el acceso gratuito en línea a las sentencias en materia civil y mercantil para el público en general. Pero en cuestión de juezas en puestos importantes no avanzan mucho.
Cuanto más alto es el órgano jurisdiccional, menor es el número de mujeres. Va aumentando el número en los juzgados de primera y segunda instancia, pero cuando se trata de los tribunales supremos son los hombres los que acaparan los puestos.
Esta tercera edición del cuadro de indicadores de la justicia en la UE determina posibles tendencias en las tres grandes secciones, eficiencia, calidad e independencia de la justicia. Contiene nuevos indicadores y datos más precisos basados en nuevas fuentes de información, tales como la eficiencia de los órganos jurisdiccionales en los ámbitos de la contratación pública y los derechos de propiedad intelectual.
Incluye, además, nuevos parámetros, tales como el uso y la promoción de métodos de resolución alternativa de litigios (también en materia de consumo), la calidad de los procesos de escasa cuantía en línea, las políticas de comunicación de los órganos jurisdiccionales y la proporción de juezas profesionales. El cuadro de indicadores también presta atención a los factores que pueden contribuir a mejorar la calidad de los sistemas judiciales.
importancia de mejorar la calidad, la independencia y la eficiencia de los sistemas judiciales nacionales.
Los resultados del cuadro de indicadores también se tienen en cuenta a la hora de decidir las prioridades de financiación al amparo de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (fondos EIE) en lo que respecta a las reformas de la justicia. Se han creado indicadores especiales para evaluar la eficiencia del apoyo de los fondos europeos.
El cuadro analiza la eficiencia de los sistemas judiciales: indicadores sobre la eficiencia del procedimiento: duración de los procedimientos, tasa de resolución y número de asuntos pendientes.Así como indicadores de calidad: formación, control y evaluación de las actividades judiciales, recurso a encuestas de satisfacción, presupuesto y recursos humanos.
También la independencia: el cuadro de indicadores presenta datos sobre la impresión de independencia del sistema judicial según lo previsto por el Foro Económico Mundial (FEM) en su informe anual sobre la competitividad mundial. El cuadro de indicadores de 2015 también ofrece información actualizada sobre las garantías jurídicas presentadas el año pasado y amplía el estudio comparativo sobre la independencia estructural.
Si bien el cuadro de indicadores no presenta una clasificación única, ofrece una visión general del funcionamiento de los sistemas judiciales sobre la base de diversos indicadores que son de interés común para todos los Estados miembros. No fomenta ningún tipo concreto de sistema judicial y trata a todos los Estados miembros en pie de igualdad. Con independencia del modelo del sistema judicial nacional o de la tradición jurídica en que se funde, la puntualidad, independencia, asequibilidad y facilidad de acceso son algunos de los principales parámetros de lo que constituye un sistema judicial eficaz.