Hablamos con Caroline Link, directora de la película 'Exit Marrakech'
Procedente del núcleo creador de cine bávaro, Caroline Link ha sido una de esas directoras que ha conseguido abrirse paso poco a poco. En 1996 dirigió su primera película, 'Mas allá del silencio', y en 2002 ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa por 'En un lugar de África'. En estos años se ha convertido en una figura fundamental del cine alemán y ha sabido conquistar al público con imágenes impactantes e historias conmovedoras.
Nacida en 1964 en Bad Nauheim, una localidad situada al oeste de Alemania, estudio en la Facultad de Televisión y Cine de la Universidad de Múnich. Durante muchos años trabajó como asistente de Dominik Graf, su actual pareja. Ahora presenta Exit Marrakech que cuenta la historia de un joven alemán llamado Ben (Samuel Schneider), que se ve arrastrado por su padre (Ulrich Tukur), un director de escena al que apenas conoce, a un viaje por una tierra desconocida. El fuerte carácter de Ben, y la tensa relación con su padre desencadenarán un viaje por un país peligroso y seductor en un road movie llena de sentimientos.
euroXpress- ¿Por qué había que contar una historia inspirada en Marruecos?
Carolina Link- La película une los dos aspectos que más me interesan: el mundo árabe y la relación entre un padre y un hijo que apenas se conocen. Por un lado, creo que para entenderse a uno mismo, primero hay que saber de dónde venimos, y en mi entorno, he visto muchos jóvenes que han crecido sin la figura del padre. Además, en Francia, Alemania o Italia, es fácil desenvolverse; uno coge el teléfono y sabe qué hacer. Pero en un país islámico, donde no se entienden los carteles, es más difícil. Me gusta viajar con mis películas, porque en lugares extraños se viven experiencias diferentes; todo es imprevisible, y no sabes bien qué va a ocurrir.
eXp.- Todas sus películas tienen un trasfondo familiar, algún tipo de conflicto familiar. ¿Por qué esa obsesión?C.L.- Muchas veces uno no sabe bien por qué le interesa algo concreto. Durante mucho tiempo me interesó el periodo de la niñez. Me gustaba mucho contar las historias de crecimiento. Pero ahora acabo de cumplir los 50, y me interesa más el punto de vista de los padres sobre sus hijos. Creo que la familia es una pequeña red social muy emocionante y muy interesante. Nos marca los buenos momentos, los complejos, los miedos... nuestro ser más íntegro está marcado por las vivencias familiares.
eXp.- Muchas veces se critica el escaso apoyo que recibe el cine europeo ¿Es difícil hacer películas en Europa?
C.L.- A veces en Europa se da una situación un poco absurda. Prácticamente todas las películas están subvencionadas y casi ninguna consigue financiarse a través del éxito en taquilla. Como directora me gustaría hacer películas que, además de suponer un reto, tengan las cualidades suficientes para atraer a suficiente gente al cine. Al mismo tiempo, es importante hacer publicidad de las películas para sacarlas al mercado, y eso es algo que en Europa muchas veces tampoco nos podemos permitir.
eXp.- ¿Cómo está la situación en Alemania?
C.L.- La situación en Alemania en estos momentos es difícil, porque hay muchas películas pequeñas, pero solamente consiguen alcanzar a un público muy reducido. Realmente el cine alemán lo tiene muy difícil. Las únicas que verdaderamente funcionan son algunas comedias.
eXp.- ¿Sería deseable un mayor apoyo por parte de las instituciones?
C.L.- Por supuesto que me gustaría que se apoyara más al cine europeo, pero no creo que la falta de financiación y recursos sea el principal problema,
eXp.- ¿Entonces?
C.L.- Creo que en Europa hay muchas escuelas de cine con mucho dinero y mucho potencial para formar gente, pero se hacen muchas malas películas. No entiendo por qué las buenas películas tienen que ser aburridas. Para mí, el problema está en que no se hacen suficientes películas intensas, que dejen huella y que el principal escollo radica en los guiones. En Alemania, por ejemplo hay muy buenos escritores de novelas, y sin embargo muy pocos guionistas. Me ofrecen muchísimos guiones, y diría que el 95%, son realmente aburridos.
eXp.- Parece que al público también le sigue costando ir a ver cine europeo ¿Por qué todavía existe esa brecha con el cine americano?
C.L.- Parece que todavía hay una contradicción. Por un lado está el cine que supone un verdadero reto intelectual, o con unas cualidades artísticas, y por otro, las películas de ocio, las que divierten y entretienen. Pero creo que ambas cosas se pueden fusionar en una sola. Para mí, el reto como directora está en conseguir una película de calidad, que realmente entretenga.
eXp.- Ganó un Oscar en 2002, con En un lugar en África. ¿Encontró entonces más facilidades para seguir haciendo cine?
C.L.- Evidentemente el Oscar desencadenó un torbellino en Alemania. En ese momento, si hubiera querido hacer carrera en Estados Unidos, hubiera sido una oportunidad fantástica. Pero justo fui madre, y no podría, y no quería irme con el niño pequeño. El problema es que a pesar del éxito, en Alemania no puedes hacer todo lo que te gustaría en cine. Una película de más de siete millones de euros, es prácticamente imposible. De todas maneras, haber ganado un Oscar no te da crédito para toda la vida; lo importante para seguir haciendo películas es el éxito comercial.