Una encuesta de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) revela que las minorías sufren una continua discriminación en su vida diaria en Europa y otra encuesta de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) dice que el 40% de las personas retenidas en centros de Internamiento para Extranjeros en España ha sufrido maltrato e incluso torturas.
El Estudio de la Comisión Española de Ayuda al refugiado comenzó a elaborarse en 2008 con financiación del Fondo Europeo para los Refugiados de la Comisión Europea y ha examinado tres centros: uno en Málaga, que ha sido el mejor valorado, otro en Madrid en situación «intermedia» y un tercero en Valencia donde las condiciones, según los autores del informe, son «muy duras».
La mayoría de las personas retenidas en estos centros no son delincuentes, su falta es administrativa por carecer de permiso de residencia y estaban en España desde hace tiempo . Más de la mitad desconoce el nombre de su abogado y no tiene forma de contactar con él. La dificultad para comunicarse con el exterior es enorme y el régimen de visitas casi inexistente. La comida es mala y muchos de ellos han pensado alguna vez en el suicidio.
Por su parte la FRA, Agencia Europea de Derechos Fundamentales, ha elaborado por primera vez una encuesta sobre las minorías a escala comunitaria. Revela las dificultades con las que se encuentran los inmigrantes o pertenecientes a minorías étnicas en su vida cotidiana. Un 11% de los encuestados de origen magrebí ha sufrido impedimentos para entrar en comercios. Un 17% de los gitanos, ha sido discriminado por el personal sanitario. Casi una cuarta parte de los subsaharianos ha tenido problemas a la hora de buscar trabajo.
El 82% de los preguntados está convencido de que no serviría para nada una denuncia, por eso en los datos oficiales de los diferentes países no se refleja la discriminación racista.
En general la discriminación continúa proliferando, como señala la Alta Comisionada para los Derchos Humanos de la ONU, Navy Pillay, quien destaca que aunque las mujeres trabajan dos tercios del total de las horas laborales a nivel mundial, y producen la mitad de todos los alimentos del mundo, solo perciben el 10% de los ingresos y poseen menos del 1% de la propiedad.