«Quiero jugar como Messi», nos dice uno de los niños, Jack, cuando logra elevar la voz por encima del entusiasmo del grupo. «Yo soy Eto'o... soy Ronaldo... Pepe... Rooney...», grita el resto, cada uno con el nombre de su estrella de fútbol favorita.
Messi es delantero del Club de Fútbol Barcelona y Samuel Eto'o, la estrella de Camerún, ocupa la misma posición en el equipo inglés del Chelsea. Eto'o será el capitán de la selección nacional, conocida como la de los «leones indomables», en la Copa Mundial de la FIFA que concluirá el 13 de julio en Brasil. Cristiano Ronaldo es el futbolista portugués que juega como delantero en el Real Madrid, y Pepe es el apodo de Kepler Laveran Lima Ferreira, su compañero portugués en el equipo español, de origen brasileño. El británico Wayne Rooney integra el inglés Manchester United, y los apostadores pronostican que brillará en su paso por el Mundial de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado).
En día antes de la inauguración de la Copa Mundial, en Brasil continuaban las protestas y huelgas que reclaman salarios más altos. Las multimillonarias obras públicas que precedieron a la competencia futbolística estuvieron plagadas de denuncias de corrupción y violaciones de los derechos de los trabajadores.
Pero aquí, en este país de África central, los niños son ajenos a esa situación y sueñan en grande. Esto refleja la profunda pasión que impulsa al fútbol en Camerún, que compite por séptima vez en una Copa Mundial, más que cualquier otro equipo africano. El fútbol aquí es algo más que un deporte, «es una religión», sostiene el periodista deportivo Fon Echeckiye. A pesar de su gloria futbolística, Camerún solo tiene dos estadios, uno en Yaundé y otro en Garoua, en la región del Extremo Norte. Pero la pésima infraestructura para este deporte en el país, no es obstáculo para que el amor por el fútbol sea arrebatador.
Según Perspectivas Económicas en África, un texto anual de referencia sobre el continente, Camerún posee abundantes riquezas naturales pero «los ingresos obtenidos de la explotación de estos recursos, y del petróleo en particular, no se canalizaron de manera suficiente hacia las inversiones estructurales en la infraestructura y los sectores productivos». «En nuestra época, cada vez que nos enfrentábamos a un rival, no pensábamos en otra cosa que la bandera nacional», recuerda el futbolista Thomas Nkono, de 57 años, quien fue un gran guardameta conocido por su apodo de «Araña Negra» debido a sus acrobáticas paradas. «Siempre fue una buena sensación saber que millones de cameruneses –pobres y miserables por igual– podían dejar de lado sus preocupaciones diarias por el pan y la manteca para apoyar al equipo. Siempre nos dio una motivación añadida», reflexiona.
De los 22 millones de habitantes de Camerún, el 39,9 por ciento vive en la pobreza. Esa sensación no ha cambiado mucho para los jugadores. «Es cierto que algunos de nosotros que jugamos al fútbol profesional ganamos mucho dinero, pero ver multitudes como esta no es algo que el dinero pueda comprar. Es muy motivador», comentaba el delantero Achille Webo, junto a la cancha de juego del último partido de preparación de los leones para la Copa Mundial, ante Moldavia el sábado 7.
Ngando Picket, fanático que acompaña a la selección nacional a todas partes, asegura que en los últimos años ha compuesto más de 300 canciones de apoyo a los leones. Habla sin aliento mientras se esfuerza en cantar y bailar a la vez. «Los chicos deben saber que la nación, que la gente está detrás de ellos y yo trabajo todos los días para cumplir esa función. Creo que el canto y el baile que ofrecemos desde las gradas estimulan a los chicos y eso solo los mantiene a toda vapor».
«Vamos a viajar a Brasil para hacerlo, y creo que Camerún generará un montón de sorpresas», añadió el seguidor, antes del inicio del Mundial. Al principio, los simpatizantes de la selección desconfiaban del estado físico de los jugadores antes del torneo mundial, pero el empate con Alemania en un partido amistoso el domingo 1 parece haberles devuelto la esperanza.«Ese partido me recuerda a 1990, cuando los leones sorprendieron al mundo con una victoria de 1-0 sobre Argentina», el país campeón del mundo por entonces, «en el partido inaugural de la copa mundial de ese año», recuerda Benjamin Ngah, un conductor de taxi en Yaundé. Camerún finalmente se convirtió en el primer país africano en llegar a los cuartos de final de una Copa Mundial. «Creo que tenemos la calidad para lograr la misma hazaña este año, o quizás ir más lejos», señala Ngah.