Entre los principales problemas están las carencias de datos y conocimientos, la volatilidad y la fuerte estacionalidad de la demanda la falta de innovación y de cualificaciones adecuadas y las dificultades de acceso a la financiación.
Las medidas que ha presentado la CE tienen por objeto ayudar al sector a superar esos problemas y crear un entorno que permita atraer a los inversores. Son voluntarias pero las empresas que decidan seguirlos deberán respetarlas.
La estrategia abarca cuatro ámbitos principales: la formación del personal bajo la supervisión de un coordinador de calidad, la satisfacción del consumidor para garantizar que el turista pueda confiar en el tratamiento de sus reclamaciones, la limpieza y el mantenimiento, y la exactitud y la fiabilidad de la información al menos en la lengua extranjera más relevante.
El acceso a información fiable y actualizada sobre la calidad de los servicios turísticos permitirá a los viajeros diferenciar entre productos competidores, elegir con conocimiento de causa y superar las dificultades lingüísticas.
A las pequeñas y medianas empresas (PYME) por su parte, les resultará más fácil siguiendo esos principios poner de relieve que están ofreciendo un servicio de alta calidad. La propuesta ayudará, por lo tanto, a las PYME, que representan más del 90 % del sector turístico de la UE.
El turismo costero y marítimo que incluye el turismo de playa, el náutico, el de crucero y el de navegación, constituye un motor fundamental para la economía de muchas regiones costeras e islas de Europa.
El sector emplea a cerca de 3,2 millones de personas y genera para la economía de la UE un total de 183.000 millones de euros en valor añadido bruto. Esto equivale a más de un tercio del producto bruto de la economía marítima.
El turismo, además, es un sector en alza en la Unión: el número de pernoctaciones en hoteles o establecimientos similares alcanzó en 2013 la cifra récord de 2.600 millones, lo que representa un incremento del 1,6 % con relación a 2012.
Cerca de un tercio de toda la actividad turística europea se desarrolla en las regiones costeras, y un 51 % de la capacidad hotelera europea se concentra en la costa.
En 2012, el turismo de crucero generó una cifra de negocios directo de 15,5 mil millones de euros y empleó a 333.000 personas. Los puertos europeos, por su parte, acogieron a 29,3 millones de viajeros. En los últimos 10 años el turismo de crucero se ha duplicado prácticamente en el mundo y en Europa ha aumentado más de un 10 % cada año.
32.000 empresas trabajaban en 2012 en el sector náutico (constructores de barcos, fabricantes de equipos para los bancos y los deportes acuáticos, comercio y servicios), con 280.000 empleos directos.