La Unión Europea y Estados Unidos iniciaron en junio de 2013 negociaciones para alcanzar el mayor acuerdo comercial de la historia del planeta, y prometieron más crecimiento económico y empleo. Quedan muchos cabos por atar tras siete rondas de negociaciones. El eurodiputado socialdemócrata alemán Bernd Lange, Presidente de la comisión parlamentaria de Comercio Internacional y autor de un informe en proceso de elaboración sobre la cuestión, nos da su opinión.
Señor Lange, dice usted que su informe debería contribuir a que las negociaciones vuelvan a comenzar. ¿Por qué?
Bernd Lange - El barco navega en aguas turbulentas y tenemos que volver a empezar para que el Parlamento apruebe el acuerdo. En primer lugar, debe haber una transparencia total para poder comunicar con la opinión pública y responder a sus temores. También hace falta un análisis de lo que ya se ha hecho. Hemos llegado a un entendimiento según el cual en algunos terrenos como el de la industria química no podremos alcanzar un acuerdo. Por último, tenemos que tratar las cuestiones más controvertidas como el sistema de resolución de disputas entre los inversores y los Estados [el sistema conocido como el ISDS, según sus siglas en inglés, que permite que las empresas denuncien a los Gobiernos ante instancias de arbitrio internacionales por merma de beneficios].
Estas negociaciones han generado una oleada de críticas y temores entre la opinión pública que van desde la invasión de pollos clorados hasta la desaparición de denominaciones de origen como el queso de Parma, pasando por la privatización de los servicios públicos. ¿Están estos miedos justificados?B.L. - El problema es que el mandato de negociación no ha sido publicado al inicio y esta falta de transparencia ha provocado muchos miedos injustificados como los pollos clorados. Pero algunos temores son reales. Por ejemplo, hay que negociar la protección de las denominaciones de origen. En el futuro, me gustaría estar seguro de que el queso parmesano viene de Parma y que el jamón de la Selva Negra viene de la Selva Negra y no de Ontario.
¿Cómo debería tratar la UE las preocupaciones de terceros países afectados por esta negociación, países como Turquía o México que disponen de acuerdos de libre cambio con la Unión Europea y Estados Unidos?
B.L. - Tenemos que garantizar que se tienen en cuenta sus intereses y que se incluyen en las negociaciones.
¿Es optimista y cree que las negociaciones pueden acabar antes de que termine este año?
B.L. - Depende de Estados Unidos.