Verano de 2012. Las primas de riesgo de varios países, -como España que llegó hasta los 600 puntos básicos-, provocaron las dudas sobre los inversores en la viabilidad de la moneda única. El BCE, ante el peligro de la política monetaria, anunció un programa de adquisición de títulos de deuda pública de los Estados en el mercado secundario. Sin embargo, las palabras de Draghi fueron suficientes, y el mecanismo nunca entró en vigor y hasta la fecha se carece de instrumentos jurídicos para regularlo.
Ante este panorama, varios ciudadanos alemanes interpusieron una demanda contra el gobierno federal alemán al Tribunal Constitucional del país, al considerar que el Ejecutivo de Angela Merkel había vulnerado sus derechos porque no había pedido ninguna anulación al programa OMT. El tribunal constitucional alemán trasladó la demanda a Luxemburgo preguntando si el programa se ajustaba al acervo comunitario y cuestionando su legalidad.
El abogado general de la UE advierte ahora que el programa OMT es una medida inacabada, pero que sus objetivos son «en principio legítimos y acordes con la política monetaria». Sin embargo, matiza que el significativo papel que el BCE desempeña en los programa de asistencia financiera (dentro del marco de la Troika), en determinadas circunstancias «podría entenderse que su actuación constituye más que un mero apoyo a la política económica». Por ello, Luxemburgo indica que si finalmente el programa OMT llega a aplicarse, el BCE deberá abstenerse de participar directamente en el programa de asistencia financiera a cualquier Estado.
Según las conclusiones, el programa OMT es «adecuado» para alcanzar una reducción de los tipos de interés de los títulos de deuda pública de países afectados, por lo que el BCE puede «desarrollar su política monetaria en condiciones de mayor certeza y estabilidad». Y añade que el programa es «necesario y proporcionado», pues el Eurobanco no asume un riesgo que le lleve a un escenario de insolvencia.
También avala que el BCE pueda adquirir los títulos en el mercado secundario, siempre y cuando actúe con «especial cautela», con el fin de evitar conductas especulativas que desvirtúen la eficacia del programa OMT. Asimismo, señala que siempre y cuando el instrumento se aplique en circunstancias temporales es compatible con el acervo comunitario.
El rol del BCE
El Eurobanco siempre ha defendido que el programa OMT está dentro de su mandato, aunque sea un instrumento no convencional y pueda entrañar riesgos. Según asegura Frankfurt el objetivo es que con la aplicación del programa se pueda utilizar eficazmente los instrumentos de la política monetaria, reduciendo los tipos de interés de un Estado y posibilitar su propia financiación.
Tras las conclusiones del abogado general, el BCE ha asegurado que «toma nota» y lo considera «un importante arranque» para el programa. El consejo de gobierno de la institución tiene previsto reunirse el próximo jueves 22. Y según las filtraciones de varias agencias, el Eurobanco estaría barajando la posibilidad de hacer una compra masiva de deuda por valor de medio billón de euros.