«La gente camina como zombies en busca de comida» ha descrito una testigo. La mayoría de las muertes han podido ser causadas por las enormes olas y corrientes provocadas por el tifón, que muchos comparan con un Tsunami, que arrasó casas y ahogó a cientos de personas.
Unas 480.000 personas han tenido que abandonar sus casas y hay unos 4,5 millones de afectados en 36 provincias. El lugar peor parado ha sido la ciudad de Tacloban, una localidad costera de 220.000 habitantes a unos 600 kilómetros al sudeste de Manila, donde hay cientos de cadáveres a los lados de la carretera y debajo de las casas derruidas.
No hay comida, ni agua potable, ni electricidad y numerosas líneas de comunicaciones han quedado destrozadas. El ministro del Interior ha dicho que están teniendo muchas dificultades para asistir a los heridos y hacer recuento de los cadáveres. La situación es caótica y los medios locales hablan de saqueos generalizados en toda la ciudad.
El tifón Haiyan es el vigésimo cuarto del año en Filipinas, los meteorólogos habían advertido de su fuerza y de su poder de destrucción. Ha llegado ya a la bahía de Halong en Vietnam con vientos de 210 kilómetros por hora, pero va perdiendo fuerza y se convertirá en una tormenta tropical antes de llegar a China este lunes.