Con el escrutinio casi acabado, pero aún provisional, Hollande habría obtenido en torno al 28,5% de los votos y Sarkozy, algo más del 27%. La ultraderechista Le Pen rondará el 18 % por ciento de los votos, el candidato del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, roza el 11% y el centrista François Bayrou se queda en el 9%. El conjunto de la izquierda consigue casi el 45% de los votos y la derecha, el 36,5%.
La cuestión ahora es saber cuántos votos arrastrarán los dos candidatos que se enfrentarán en la segunda vuelta el próximo 6 de mayo. Según un sondeo de Ipsos Consulting realizado por teléfono esta noche, Hollande vencerá con un 54% de los votos frente al 46% que obtendría Sarkozy.
Previsiblemente, el socialista atraerá un 80% de votos de la izquierda y a un tercio de los votantes de centro, mientras Sarkozy se llevaría la mitad del voto de ultraderecha y otro tercio de los centristas.
Los dos candidatos ya han hecho llamamientos a la unidad de los franceses. En su primera intervención tras saberse ganador de esta primera vuelta electoral, François Hollande se ha declarado «candidato de la unión de todos los ciudadanos de una República ejemplar, candidato de todos los franceses que están contra los privilegios. El cambio está en marcha. Nada lo detendrá».
Nicolas Sarkozy, el primer presidente francés que no pasa a la segunda ronda como vencedor, ha apelado al modo de vida de los franceses para pedir al electorado que elija «al presidente que mejor pueda defenderlo durante los próximos cinco años... El amor a la patria debe unirnos en el proyecto común que yo represento».
Marine Le Pen, que ha superado el histórico listón conseguido por su padre Jean Marie Le Pen en 2002, puede tener la llave para inclinar el voto de sus seguidores a derecha o izquierda. Y lo van a tener difícil porque si la derecha de Sarkozy es la opción que más se acerca a sus intereses, la líder del partido prefiere convertirse en jefa de la oposición a un gobierno socialista y ya ha dicho que hará «todo lo posible para que pierda Sarkozy».
En toda Europa se ha seguido con máxima expectación esta primera ronda de las presidenciales francesas que se han presentado como los dos modelos posibles para Europa: el del tándem Merkozy dirigiendo la UE o el de la alternativa de izquierda al eje francoalemán, que quiere compatibilizar la recuperación económica desde la cohesión y la justicia social.El Partido Socialista francés ya ha dicho este domingo que la victoria de Hollande envía «una señal importante a toda Europa».