A la pregunta «¿Debería Escocia ser un país independiente?», un 53% de los 1.063 escoceses encuestados responde negativamente. Éste ha sido el resultado que la empresa demoscópica británica YouGov ha hecho público esta semana y que pese a la inclinación del mismo, supone para los independentistas un alivio de cara al próximo 18 de septiembre. Su número de afines, un 47%, aumenta al verse reducida la diferencia entre el «No» y el «Sí» en ocho puntos respecto al sondeo elaborado a mediados de agosto y en quince, con respecto a otro realizado a principios del mismo mes.
El repunte de la postura separatista coincide tras el debate celebrado el 25 de agosto (la actual encuesta tuvo lugar entre el 28 de agosto y el 1 de septiembre) entre Alistar Darling, uno de los cabezas de los unionistas, y el independista Alex Salomond, ministro principal de Escocia, al que los espectadores pudieron ver «seguro y convincente». Estos fueron los principales motivos por los que el 70% de los encuetados por ICM para el diario The Guardian tras la celebración del debate, vieron al ministro como claro vencedor.
Las reacciones al sondeo no se han hecho esperar desde ambos sectores. Para el portavoz de la campaña en favor del «Sí», Blair Jenkins, el resultado de la encuesta viene a demostrar el «cada vez mayor respaldo a la secesión» y alaba que, éste, haya sido un «apoyo sin precedentes a la independencia». Animando al electorado, también ha señalado que «cada vez hay más gente que empieza a darse cuenta de que un voto por el 'Sí' es la oportunidad que tiene Escocia para hacer que esta enorme riqueza funcione mejor para todos los que viven y trabajan aquí».
Por su parte, Blair McDougall, portavoz de la campaña «Better together» («Mejor juntos»), aunque contento por el resultado mayoritario en favor del «No», ha pedido a los indecisos que voten negativamente por una cuestión de «responsabilidad». «Ya sea votando ese día, tocando puertas, haciendo llamadas de teléfono a familiares y amigos, la mayoría silenciosa debería sentir confianza de poder hablar», ha señalado.
En lo que sí han coincidido unos y otros, especialmente los separatistas, ha sido en llamar a la masiva participación de la ciudadanía que han tenido como fecha tope hasta el 3 de septiembre para inscribirse en caso de querer participar en el proceso vinculante. Como novedad respecto a otras consultas, en este caso podrán votar todos los mayores de 16 años inscritos.
Según estimaciones hechas por el gobierno separatista y que Alex Salomond ha hecho públicas: de 4,3 millones de electores, unos 3,36 millones de personas, el 80%, acudiría a votar. Un dato que indicará la participación aproximada en los comicios será el número de personas inscritas en el proceso y que conoceremos a lo largo de la semana.
¿Qué opinan los británicos del proceso?
Hace dos semanas conocíamos otra encuesta en la esta vez se testaba a la otra parte, al resto de británicos no escoceses. Las conclusiones sacadas por el sondeo elaborado también por YouGov en colaboración con la Universidad de Cardiff parecen claras: los británicos son contarios a la secesión y a compartir la libra con la región en caso de ser proclamada como Estado independiente.
De las 3.700 personas encuestadas, un 59% se opone a la independencia, un 19% la apoya y un 22% se mantiene indeciso al proceso. En cuanto a los castigos a un hipotético Estado independiente, un 53% de los británicos considera que Londres no debería compartir la libra y un 36% creen que Reino Unido no debería apoyar a Escocia en su integración como socio más de la Unión Europea y de la OTAN (el 26% cree que sí debería). Solo en la libre circulación entre ambos Estados los británicos parecen más benevolentes, ya que el 69% cree que se debería permitir viajar sin pasaporte.
De ganar el «No» y mantenerse como región del actual Reino Unido, Londres también debería amonestar a Escocia. El 56% estaría a favor en equiparar la inversión pública del Gobierno central en la zona con la media de todo el Reino (bajaría un 10%) y el 62% vería con buenos ojos que los diputados procedentes de circunscripciones escocesas no pudiesen votar en cuestiones de Estado que afecten a Inglaterra (el resto de la isla excluyendo a Escocia e incluyendo a Gales).
Pero los ingleses, pese a ver con malos ojos la consulta y ser poco complacientes sea cual sea el resultado, estarían a favor de concederles una mayor autonomía como remedio a la «necesidad» independentista. Un 42%, frente al 25%, apoyaría que Edimburgo tuviese mayor autonomía en materia impositiva y un 40% (el 26% cree que no) cree que el Parlamento escocés debería tener un mayor número de competencias en materia de políticas de bienestar social.
En dos semanas conoceremos los resultados y la evidente respuesta que, independientemente del resultado, dará el gobierno de David Cameron. Durante la campaña por el «No», el premier británico ha anunciado una «reconciliación» con la región a base de cederles un mayor número de competencias. Del resultado, también estarán muy pendientes otros países europeos que se enfrentan a proyectos secesionistas de muy diversa índole, como es el caso de España con Cataluña y País Vasco, Bélgica con Flandes, Italia con las regiones de Padania y Véneto y Francia con la isla de Córcega.