Propiedad del millonario egipcio Mohamed Al Fayed, ha hospedado a jeques, monarcas, príncipes, artistas y estrellas. De sus instalaciones salió Lady Di, la noche en que sufrió el fatal accidente. La última remodelación fue en 1979 y cuando reabra en el verano de 2014, entre las nuevas atracciones presentará un restaurante con un techo de vidrio móvil y 160 habitaciones con las tecnologías ultramodernas.
El lunes, muchos de sus habituales clientes no quisieron perderse la posibilidad de hospedarse en las antiguas instalaciones. Casi todas las habitaciones y suites estaban vendidas a precios que van desde los 850 euros has los 10.000 que cuesta la suite Coco Chanel. Y pudieron degustar un menú especial de 240 euros con bogavante, foie gras y el postre pêche Melba, creado en 1893 por el primer chef del hotel, Auguste Escoffier.
La hostelería de lujo presenta una salud «insolente» con la nueva clientela de los países emergentes, y París no se lo quiere perder. En otoño empezará su remodelación el Crillon, situado en la plaza de la Concordia, que también cerrará durante dos años. Los profesionales en el sector creen que estos emblemáticos hoteles, han tardado mucho en actualizarse. De hecho estaban clasificados como cinco estrellas, pero no conseguían obtener la marca «Palacio». Los «grand vivant» que se alojan en este tipo de hoteles parisinos, tienen en la capital francesa 3 hoteles considerados de lujo asiático. Todo esto refuerza el atractivo de París, junto a Nueva York o Londres.