Alemania, el país que más paga en cada rescate financiero, se muestra cauta. La canciller Angela Merkel asegura que solo discutirá una nueva ayuda a Grecia cuando conozca el dictamen de la troika. También el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha dicho que la decisión sobre la deuda griega se tomará en unas semanas, cuando se analice el resultado de la misión técnica que se encuentra en Atenas.
El gobierno griego ha vuelto a desmentir que esté negociando un nuevo plan de rescate que, según varios medios de comunicación europeos, podría ascender a otros 60.000 millones de euros a añadir al actual préstamo de 110.000 millones.
Lo que se da por hecho es que la UE tendrá que suavizar las condiciones de devolución porque Grecia literalmente no tendrá el dinero suficiente para hacer frente al pago de 57.000 millones de euros de deuda con vencimiento en 2012 y 2013. Se cuenta ya con rebajar los tipos de interés impuestos, aplazar los vencimientos y prorrogar dos años, hasta 2014, el margen que tiene ahora para reducir su déficit fiscal al 3% del PIB. Esto se haría a cambio de que Grecia amplíe su ya drástico plan de austeridad.
Todo con tal de que Grecia no tenga que reestructurar su deuda y que los inversores tengan que aguantar las consecuencias. Lorenzo Bini Smaghi, miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo, ha dicho hoy que sería un «suicidio político, que arrastra a muchos a la pobreza, como la experiencia ha demostrado».
Tras la alarma provocada por el semanario alemán Spiegel cuando informó de que Grecia estudia su salida del euro, hoy Atenas ha conseguido colocar 1.625 millones de euros en letras del tesoro con una rentabilidad mejor que el mes pasado.
Los ministros de Finanzas se reúnen el próximo día 16 para tomar una decisión sobre el rescate de Portugal.