El gobierno de Siria se ha convertido este jueves en el primero en la historia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que ha sido protegido por tercera vez con un doble veto de China y de Rusia.
José Luis Díaz, jefe de la oficina de Amnistía Internacional en la ONU, nos dijo que, en la historia reciente, solo los gobiernos de Birmania y Zimbabwe se habían beneficiado de vetos dobles, pero cada uno solamente en una ocasión.
Como resultado de estos tres dobles vetos en un periodo de 17 meses, la ONU deberá permanecer políticamente paralizada ante la crisis en Siria, aun cuando la violencia en ese país, que ya ha segado la vida de más de 100.000 civiles, sigue fuera de control.
Para Díaz «los repetidos dobles vetos de Rusia y China sobre Siria, además de alimentar la idea de que el Consejo de Seguridad de la ONU está perdiendo su utilidad, evidencia la necesidad de reducir o limitar ese poder cuando se trata de crímenes contra la humanidad, de guerra o violaciones masivas a los derechos humanos».
China y Rusia han vetado tres resoluciones impulsadas por Occidente que amenazaban con castigar al régimen del presidente Bashar Al Assad por su dura represión contra el levantamiento opositor, que se inició hace 16 meses.
Este jueves 19, la tercera resolución, diseñada por Gran Bretaña, obtuvo 11 de 15 votos, con dos abstenciones (Pakistán y Sudáfrica). Pero no se pudo adoptar debido a los vetos de China y Rusia, miembros permanentes de ese órgano al igual que Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
La fracasada resolución apoyaba el plan de paz de cinco puntos del enviado especial de la ONU a Siria, Kofi Annan. Si el gobierno sirio no dejaba de usar sus armas pesadas contra civiles, la resolución dejaba abierta la posibilidad de adoptar sanciones diplomáticas, económicas y militares de acuerdo con el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.
Consultada sobre lo que se puede hacer a partir de ahora, la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Susan Rice, dijo a los periodistas: «Lamentablemente, el mensaje de los dos miembros permanentes (China y Rusia) es que están dispuestos a apoyar a Assad hasta el final».
En una declaración publicada este jueves 19, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, John Kerry, dijo que los vetos son peligrosos. «Cuando Roma arde, están preocupados por salvar a Nerón».
Phyllis Bennis, directora del Proyecto para un Nuevo Internacionalismo del Instituto para Estudios Políticos, con sede en Washington, opina que todas las potencias están concentradas en sus propios intereses, y no en la población de Siria.
Señala que el veto de Moscú se basa en parte en la necesidad de preservar la larga alianza comercial y militar con el régimen de Assad, pero sobre todo en la prioridad de mantener su presencia militar en el mar Mediterráneo. Rusia tiene una base naval en la sureña localidad costera siria de Tartus.
Por su parte, el veto de China se enmarca en su histórica resistencia a que el Consejo de Seguridad apruebe cualquier intervención que pueda sentar un precedente.Por Thalif Deen
NACIONES UNIDAS, (IPS) - El gobierno de Siria se ha convertido este jueves en el primero en la historia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que ha sido protegido por tercera vez con un doble veto de China y de Rusia.
Para Estados Unidos y sus aliados europeos, la mayor preocupación es mantener el control o al menos una significativa influencia en cualquier gobierno que suceda al de Assad.
Israel no ha estado en el grupo que exige un cambio de régimen en Damasco, por la simple razón de que este ha sido un vecino bastante confiable. Ha mantenido en relativa calma los altos del Golán, ocupados por fuerzas israelíes, así como la frontera entre los dos países.
Siria también ha colaborado con el plan estadounidense de «entregas extraordinarias», por el cual Washington detiene a sospechosos de terrorismo y los envía a cárceles secretas en terceros países, donde por lo general son torturados.
Damasco además colaboró con la coalición occidental en la primera guerra del Golfo, de 1991, recuerda Bennis.
Todo esto demuestra que el Consejo de Seguridad solo puede ser útil cuando los intereses de los miembros permanentes están alineados, dice por su parte Díaz, de Amnistía Internacional. «Cuando eso no ocurre, como en este caso, usan su veto», afirma. En su opinión, aunque el Consejo es un organismo anacrónico, no se reformará a corto plazo.
De todas formas, sus miembros permanentes deberían ser extremadamente moderados a la hora de ejercer su derecho a veto, sobre todo cuando lo hacen en nombre de toda la comunidad internacional, añade. «Si desde fuera se percibe que están actuando sobre la base de sus propios intereses nacionales, el Consejo justificadamente se ve como irrelevante, o peor»..
Además, se corre el riesgo de que los estados terminen por obviar el Consejo y actúen fuera del marco legal internacional, alerta.
Mientras, el mandato de la Misión de Supervisión de las Naciones Unidas en Siria (UNSMIS), al mando del general Robert Mood, expira este viernes 20. Bennis cree que extender el mandato del equipo observador es vital, sobre todo ante el agravamiento de la violencia en Siria.