«No somos burócratas, somos políticos europeos», ha asegurado Juncker hoy en defensa de su Comisión, que dice ser «muy política». El nuevo presidente ha querido demostrar su transparencia, presentándose ante los periodistas después de la primera reunión con su equipo. Todo apunta a que esta será la nueva realidad, tras los encuentros semanales entre los veintiocho comisarios y Juncker, uno o dos comisarios se dirigirán a los corresponsales europeos. Una novedad, durante la época de Barroso, los 'ministros europeos' no se prodigaban en exceso en la zona de prensa.
La Comisión política de la que hace gala Juncker ha abordado hoy el paquete de inversión de 300.000 millones de euros que el presidente anunció en su primer discurso en la Eurocámara. Un plan del que el propio Juncker aún desconoce cómo se desarrollará y de dónde provendrá ese dinero, aunque «hay muchas pistas de financiación» que el equipo está revisando. En este sentido, ha asegurado que la gran mayoría de comisarios que ha intervenido hoy en la reunión tienen «ideas claras» de cómo pueden participar desde su área. El esperado plan lo presentará en la próxima Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de mediados de diciembre.
También en materia económica, el mandato del grupo especial para Grecia, cuyo objetivo es asistir al país heleno tras dos rescates, se prolongará hasta junio de 2015, a petición de Juncker. Asimismo, han mantenido un debate sobre los retos en el frente económico, tras el resultado de las previsiones presentadas ayer por el vicepresidente de Empleo e Inversiones, Jyrki Katainen, y el comisario de Asuntos económicos y monetarios, Pierre Moscovici, en el que se pronostica un tímido crecimiento del 0,8% en la zona euro y del 1,3% en la UE durante 2014.
Las relaciones exteriores, en especial la lucha contra el ébola, también ha copado la atención de hoy. El comisario Christos Stylianides ha presentado sus prioridades, como nuevo coordinador de acción de la UE contra el virus. Asimismo, Juncker ha confirmado que su primer viaje fuera de la UE será a Kiev, a petición del presidente ucraniano Petro Poroshenko.
El nuevo equipo de Juncker se ha sentado hoy en la gran mesa oval del décimo-tercer piso del edificio Berlaymont, sede del Ejecutivo, para empezar a trabajar en «un nuevo inicio para Europa». Juncker siempre ha insistido en que su Comisión «no sólo tiene una configuración diferente, también funcionará de forma distinta». El objetivo es más dinamismo y relación entre las políticas. Un cambio que Juncker ha comparado con el colegio del ex presidente Jacques Delors en 1985 con el que se reúne mañana en Bruselas.
Juncker, que dice ser «incapaz de hacer autocrítica», cree que deben ser los periodistas los ojos avizores de la Comisión. Pese a su temor a «decepcionar», ha asegurado que «en un año los comentarios [positivos] habrán cambiado». «Confío en ustedes», ha desafiado a la prensa.