El presidente del BCE ha comparecido ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, en su calidad de presidente de la Junta Europea de Riesgo Sistémico, y allí se ha referido al error cometido en el rescate de Bankia, que ha comparado al del banco francobelga Dexia: «Lo que muestran los casos de Dexia y Bankia es que, cuando nos enfrentamos con dramáticas necesidades de recapitalización, la reacción de los Gobiernos o de los supervisores nacionales es subestimar la importancia del problema, presentar una primera evaluación, después una segunda, una tercera, una cuarta... Esa es la peor manera posible de hacer las cosas porque al final todo el mundo acaba haciendo lo correcto, pero al coste más alto posible».
A partir de ese planteamiento, Draghi pide a los gobiernos que pongan en marcha «mecanismos creíbles» para recapitalizar a los bancos y planes de ajuste «para restaurar la confianza en la fortaleza de los balances». «Es mejor en la evaluación de las necesidades de capitalización de los bancos equivocarse en la banda alta y excederse en transparencia que quedarse corto y descubrirlo dolorosamente», ha advertido.
Ésa es una lección que el presidente del BCE dice haber aprendido del caso Bankia, pero hay otra, que «es necesaria una mayor centralización de la supervisión bancaria para prever los riesgos sistémicos».
Draghi ha planteado en alto sus dudas sobre la eficacia del fondo de rescate europeo al señalar que «Después de la experiencia del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) ¿cómo podemos estar seguros de que esto va a funcionar realmente?». El presidente del BCE se declara más optimista sobre el nuevo fondo que entrará en vigor el 1 de julio, el MEDE y afirma que «nos aseguraremos de que se utilice más y de manera más provechosa».
Ayer, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, señaló que podría considerarse la recapitalización de la banca por el fondo de rescate, sin intervención directa de los gobiernos. Poco después, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, declaraba que ésa «no es una opción para España» porque la normativa vigente no lo permite y «si se aprueba tardaría meses en poder aplicarse».
Mario Draghi ha pedido a los gobiernos que actúen al unísono y con rapidez, ambición y compromiso para salvaguardar la estabilidad financiera. Ante el Parlamento Europeo ha hecho preguntas y ha dado respuestas: «¿Puede el BCE llenar el vacío de la falta de acción de los Gobiernos en el frente presupuestario? La respuesta es no, no es nuestra obligación, no está en nuestro mandato. ¿Puede el BCE llenar el vacío de la falta de acción de los Gobiernos en el frente estructural? De nuevo la respuesta es no, las reformas estructurales no tienen mucho que ver con la política monetaria».