Fredrik Reindfelt, presidente de turno de la Unión Europea, comunicó anoche que el presidente checo, Vaclav Klaus, pone condiciones para firmar el Tratado de Lisboa.
El propio Reinfeldt asegura que no sabe muy bien qué quiere y que tan sólo pide un par de frases. Al parecer, Vaclav pretendería con un pie de página al Tratado que hubiera exenciones para la República Checa en la aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales incluida en Lisboa.
En cualquier caso, el sueco ha dejado claro que las pretensiones de Praga son «un mensaje equivocado en un momento equivocado». Reinfeldt ha recordado a Klaus que ha habido muchas oportunidades para negociar el Tratado y ya no es el momento.
En cualquier caso, la firma del presidente checo está pendiente de que el Tribunal Constitucional de su país resuelva el recurso presentado por 17 senadores contra el Tratado y auspiciado por el propio Klaus.
Entre tanto, el juego sigue en Varsovia, donde se han sucedido las declaraciones en torno a la firma del presidente, Lech Kaczynski. A primera hora, un portavoz decía que sería el próximo domingo. Después el hermano del presidente y ex primer ministro, Jaroslaw Kaczynski, lo desmentía; y anoche un asesor del presidente cofirmó que la firma será e sábado. Los líderes de la UE asistirán al acto.
En Bruselas, se agota la paciencia ante el bloqueo de los jefes de Estado euroescépticos. El mandato de la Comisión termina el próximo 31 de octubre y el nombramiento de los nuevos comisarios querrían que fuera de acuerdo a la nueva norma europea. Además, está previsto que en la Cumbre de los 27 a finales de mes se hablará ya de poner nombre a los nuevos cargos que prevé el Tratado: un presidente estable de la UE y un nuevo Alto Representante de la política exterior con más competencias. euroXpress