El presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, sigue jugando al ratón y al gato con los líderes de la Unión Europea, pero esta vez juega a favor y sugiere que finalmente firmará el Tratado de Lisboa. Su rúbrica es el único trámite que falta para que el documento que debe renovar las instituciones europeas entre en vigor.
En una entrevista concedida al diario checo Lidové noviny, Klaus dice que no podrá retrasar su firma hasta las elecciones británicas de primavera, como quiere el líder de la oposición del Reino Unido, David Cameron, con el objetivo de convocar un referéndum sobre el Tratado, si resulta vencedor.
Klaus dice que el «tren que se ha puesto en marcha es tan rápido que probablemente sea imposible pararlo o dar marcha atrás». Tras el sí de los irlandeses a Lisboa y la firma del presidente polaco, la presión de los 27 sobre Klaus se ha intensificado al máximo porque el parón institucional de la UE empieza a notarse.
El presidente checo, no obstante, ha recordado que sigue pendiente la decisión del Tribunal Constitucional de su país, que se pronunciará el 27 de octubre, y que mantiene su exigencia para que el Tratado incluya una cláusula que evite reclamaciones de los alemanes expropiados y expulsados de Checoslovaquia en la Segunda Guerra Mundial. Klaus ha sugerido que el Consejo Europeo apruebe una declaración en la cumbre de final de mes, que podría ratificarse como anexo cuando se firme la adhesión de Croacia a la UE.
Un aparentemente resignado Klaus ha declarado que si finalmente Lisboa entra en vigor «no significará el fin de la Historia». euroXpress