Entre los firmantes del manifiesto destacan el eurodiputado Josep-Maria Terricabras y el recientemente fallecido Günter Grass, una de las últimas acciones que emprendió para la organización. «El primer escritor en mostrar su preocupación por la situación de los refugiados», ha asegurado John Ralston-Saul, presidente del PEN.
El texto pide que en la UE se cree «un derecho de asilo común y digno que no esté marcado por el egoísmo de los Estados, sino por la responsabilidad y la solidaridad». Asimismo, han pedido que se cree un fondo común al que cada país aporte un volumen según la cantidad de demandantes de asilo y su PIB. «Es un llamamiento a Europa, para que ofrezca el mismo nivel de derechos a los ciudadanos que a los solicitantes de asilo», ha explicado el escritor austriaco Josef Haslinger. «Hasta que la cuestión de los refugiados no se vea como un problema común, no podremos hablar de comunidad europea, sino sólo de Estados miembros», ha añadido.
La conferencia de hoy ha coincidido tristemente con una nueva tragedia en las costas del Mediterráneo, varias organizaciones como Save the Children, han alertado de que más de 400 personas han desaparecido en su intento de llegar a Italia. La Eurocámara, reunida en el plenario en Bruselas, ha guardado un minuto de silencio por las víctimas. «Europa debe ayudar a las personas en dificultades y posibilitar rutas legales de amparo. Las personas sobre las que se cierna una amenaza acuciante deben poder solicitar el visado humanitario». «Los refugiados no deben de seguir arriesgando sus vidas para llegar a Europa y no deben seguir siendo criminalizados cuando soliciten asilo en Europa», han señalado los escritores.
Varios miembros del PEN se reunieron también con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, quien agradeció a Terricabras que organizara el encuentro, «una iniciativa excepcionalmente importante», aseguró. Asimismo, Schulz explicó que la semana pasada visitó los campos de refugiados de la frontera turco-siria y admitió estar «avergonzado de cómo los Estados miembros rehúyen su responsabilidad». Schulz concluyó que se tomaba el manifiesto «como una oportunidad para honrar la contribución de Günter Grass a la cultura europea».