GINEBRA, (IPS) La situación del mercado laboral mundial sigue deteriorándose y las perspectivas de una recuperación del empleo son escasas por lo menos en los próximos cuatro años, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los retrocesos en el empleo, dice Raymond Torres, director del Instituto Internacional de Estudios Laborales, son importantes en todos los países europeos, particularmente en España.
En el informe «Trabajo en el mundo 2012: Mejores empleos para una economía mejor», se apunta que el número de países donde el desempleo aumenta es significativo. Por ejemplo, en más de dos tercios de los países europeos el paro ha crecido en el último año.
«Las mujeres también resultan atrapadas por el fenómeno», explica Torres, porque en muchos casos, «ellas se encuentran en posiciones similares a los jóvenes, necesitados de ingresar a un mercado hermético por la crisis financiera». Pero en el caso de esas mujeres se trata de un reingreso, después de una licencia por maternidad, a un mercado donde no se han creado nuevos empleos, o muy pocos. «Por supuesto, esa es una situación muy difícil».
El alarmante desempleo no se reduce a Europa. En otras partes del mundo se aprecian también escasos progresos. Por ejemplo, en Estados Unidos parecen retroceder los avances que se habían logrado en la reducción del paro, puntualiza Torres. En los países árabes la situación sigue siendo problemática, mientras que en China y otras economías asiáticas se reducen las cifras de ocupación y por tanto aumenta el desempleo. La única parte del mundo en la que, de momento, la tendencia se presenta relativamente positiva es en América Latina. Sin embargo incluso en esa región, se detectan algunos signos de retroceso.
Las proyecciones elaboradas por la OIT sugieren que al terminar este año la tasa mundial de desempleo será de 6,1 por ciento, y habrán perdido sus trabajos otros seis millones de empleados, para llegar a una cifra total de 202 millones. Y el año próximo, habrá 5 millones más en esa situación, por lo que la cantidad global de desocupados se elevará a 207 millones.
Desde que estalló la crisis financiera y económica en 2008 se han perdido unos 50 millones de puestos de trabajo, según los cálculos de la Organización Internacional del Trabajo. Una crisis que aún persiste. El informe interpreta que la causa actual del deterioro de la situación en Europa es una combinación de medidas de austeridad y de reformas laborales mal concebidas y que «poco a poco se expande hacia otras partes del mundo», expuso Torres.
La austeridad no ha producido más crecimiento económico, enfatiza. La creencia era que con reducción de presupuesto y disminución de inversiones públicas y de demanda del mismo origen se movería al sector privado. Sin embargo, eso no ha ocurrido. La demanda en conjunto es débil y a eso se agrega que las empresas, en especial las más pequeñas, siguen con dificultades para acceder al crédito. Para Raymond Torres, en las economías avanzadas las condiciones del crédito para las PYME son problemáticas, y ese aspecto es crucial para entender el actual retroceso.
Otro aspecto cuestionado por el informe de la OIT son «las reformas laborales mal concebidas». Torres duda de las repercusiones positivas de la ampliación de la edad de jubilación establecido en algunos países, y opina que la reforma debió ser en sentido inverso, extendiendo el período de vida laboral de los trabajadores. Este tipo de reformas en una época de crisis tiende a conducir hacia una mayor destrucción de empleos que a la creación de nuevos puestos.
Para este experto en cuestiones laborales, la estrategia de la austeridad fiscal ha sido contraproducente en relación a sus objetivos que eran sostener la confianza y la reducción del déficit presupuestario. En España, señala, «el déficit se redujo en algo más del nueve por ciento del PIB en 2010, a 8,5 por ciento en 2011. Una disminución muy escasa después de un considerable programa de drástica austeridad. Y lo mismo ha ocurrido en otros países».
El informe analiza como el fenómeno se expande a causa de los vínculos internacionales y a través de esos lazos, la situación de los países industrializados contagia a otras regiones. Esos países se ven también afectados por la naturaleza inestable de los flujos de capitales internacionales, que introducen mayor volatilidad a las economías reales de esas naciones y debilitan la creación de empleo y la estabilidad de los puestos de trabajo.
La OIT recomienda la aplicación de un enfoque de austeridad fiscal que sea más favorable al empleo. De esa manera se podrían crear entre unos 2 millones de puestos de trabajo en las economías más desarrolladas, casi tres veces más de lo que podría esperar con las actuales políticas. Torres llama la atención sobre uno de los aspectos más crudos del desempleo que se observa cuando las mujeres, por razones de maternidad, dejan su trabajo y desaparecen del mercado laboral. Algunas de ellas son madres solteras o separadas, con todo el peso de las responsabilidades familiares, sin apoyo alguno y carentes de servicios de atención a la niñez que les faciliten el trabajo. Otro problema surge cuando las mujeres se incorporan por primera vez al mercado laboral. Por lo general estudian más tiempo y obtienen mejores resultados de la educación que los hombres jóvenes. Pero tienden a obtener puestos inferiores a los atribuidos a esos hombres. Para Torres «hay una enorme cantidad de progresos que se deben alcanzar en términos de igualdad de género y en especial hay que tomar esta crisis como una oportunidad para lograrlo».
Respecto a América Latina, cree que la situación laboral de la mujer mejora en la región. Eso forma parte de un esfuerzo importante en esos países por reducir las desigualdades. Raymond Torres afirma que es una región que ha hecho progresos por lo menos en la concienciación y donde se han reducido, aunque sea muy poco, las desigualdades de ingresos, lo que representa una ayuda, especialmente para las mujeres y sus familias.