Como cada año la Comisión Europea ha presentado su informe en el que se estudia el paro de larga duración, los salarios y el funcionamiento de los sistemas de protección social. El comisario de Empleo László Andor, ha dicho que los datos de paro alcanzan un nuevo récord. El desempleo total en la zona euro es del 11,8 por ciento, mientras que en el total de la UE es del 10,7 por ciento. Los países peor parados son España y Grecia.
En noviembre de 2012 estaban sin trabajo en la zona euro 18, 82 millones de personas en edad de trabajar. Eran 113.000 más que en octubre de ese mismo año y 2,015 millones más que en el mismo mes del año anterior. En España pasó del 23 por ciento al 26,6 por ciento desde noviembre de 2011 a noviembre de 2012; en Grecia en el mismo periodo de tiempo pasó del 18,9 por ciento al 26 por ciento; en Chipre también se ha registrado una subida muy importante del 9,5 por ciento al 14 por ciento.
En España entre los jóvenes menores de 25 años, el paro fue en noviembre de 2012 del 56,5 por ciento (un 48,8 por ciento hace un año) y en Grecia del 57,6 por ciento. En la zona euro el paro juvenil fue del 24,4 por ciento (21,6 por ciento hace un año) y en el total de la UE, del 23,7 por ciento (22,2 por ciento un año antes).
Los Estados miembro en los que se ha registrado menos paro han sido Austria con un 4,5 por ciento, Luxemburgo, con un 5,1 por ciento, Alemania con el 5,4 por ciento y Holanda con un 5,6 por ciento.
El informe de la CE dice que el impacto de la crisis sobre la situación social ha sido malo. Los Estados han obtenido menores ingresos fiscales y han tenido que gastar más en prestaciones sociales. Algunos países están atrapados «en una espiral de caída de la producción, en un aumento muy rápido del desempleo y en un deterioro de sus ingresos» eso está creando una brecha entre estos países y los que han conseguido mantener un «relativo» funcionamiento.
La mayoría de los hogares de los Estados miembro han visto como bajaban sus ingresos y como aumentaba el riesgo de exclusión a largo plazo. El informe señala que para evitar en lo posible estas situaciones límites y no permitir que arraiguen, cada país debe adoptar «políticas específicas a su situación y a los grupos de población en mayor riesgo».
Un análisis de los salarios mínimos indica que en aquellos países en los que son más altos tienden a tener mayores tasas de empleo. Señala que los salarios mínimos también reducen la diferencia entre los géneros.
El informe señala que en algunos países especialmente los del sur de la eurozona la preparación no es adecuada a los trabajos que se ofrecen, es mala y ha empeorado. Aconseja a los países que inviertan de una forma más eficaz en la enseñanza y en la formación, que aumenten los esfuerzos en políticas activas de trabajo y que apoyen la creación de empleos bien cualificados en sectores en crecimiento como la economía verde, las tecnologías de la información y la comunicación y de la atención médica.