Durante el debate, se han organizado manifestaciones y se han recibido correos electrónicos y llamadas telefónicas en las oficinas de los eurodiputados de ciudadanos que les pedían que se opusieran.
Uno de los principales defensores en el partido Popular Europeo, el diputado sueco Christofer Fjellner, pidió que se aplazara la votación hasta que el Tribunal Europeo de Justicia sentencie si ACTA es compatible con la legislación comunitaria. Un número considerable se ha abstenido de emitir su voto al ser rechazada por la mayoría la petición de Fjellner.
La UE y sus Estados miembros negociaron ACTA con Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón, México, marruecos, Nueva Zelanda, Singapur, Corea del Sur y Suiza.