Todos los grupos, excepto el Partido Popular Europeo, piden que sea la comisaria de derechos Fundamentales, Viviane Reding, la que analice el nuevo texto y no la comisaria de Agenda digital, Neelie Kroes.
Los cambios en la ley mordaza, que aprobó el lunes Hungría, anulan la prohibición de insultar a personas, grupos étnicos o religiosos pero no toca ni una coma del párrafo en el que se dice que los miembros del Consejo supervisor deberán ser nombrados por el partido en el poder, Fidesz.
La OSCE, ya había dicho, que pese a los cambios, la ley puede ser usada para controlar a los que discrepen de la línea del Gobierno. El Parlamento Europeo ha pedido a la Comisión Europea que no dé por buena la ley.