La Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara critica el funcionamiento de la troika y recomienda la creación de un Fondo Monetario Europeo.
Mª Ángeles Fernández y J. Marcos /Lisboa
La Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (ECON) del Parlamento Europeo critica las actuaciones de la troika y pide que su papel lo realice un Fondo Monetario Europeo. Tras destacar las muchas debilidades del triunvirato formado por el Banco Central Europeo, el FMI y la Comisión Europea, recomienda su «desaparición progresiva». La propuesta fue aprobada con 31 votos a favor y diez en contra, con dos abstenciones.
Los eurodiputados defienden que el Fondo Monetario Internacional (FMI) sea utilizado sólo «cuando sea estrictamente necesario», que el Banco central Europeo (BCE) esté presente como «observador silencioso», y que el papel de la Comisión sea asumido por un Fondo Monetario Europeo. «Las tres instituciones de la troika tuvieron una distribución de responsabilidades desiguales entre sí, con mandatos diferentes y con estructuras de negociación y toma de decisiones con diferentes grados de responsabilidad. Todo esto resultó una falta de control y responsabilidad política», recoge el texto de la ECON, escrito por los eurodiputados Othmar Karas (austriaco del Partido Popular Europeo) y Liem Hoang Ngoc (francés del grupo socialista).
«Los fallos han impedido la apropiación de las reformas económicas nacionales por parte de la ciudadanía y se ha debilitado el principio de transparencia y rendición de cuentas», apunta el Parlamento, quien considera que «no había una base legal apropiada disponible para crear la troika sobre la base del derecho primario de la Unión».
El informe, que deberá ser refrendado por el pleno del Parlamento en las sesiones de marzo o abril, en todo caso antes de las elecciones de mayo, reconoce que los desafíos encarados por la troika fueron «enormes», y lamenta que las instituciones europeas sean el «chivo expiatorio» de los efectos negativos de las reformas, cuando la responsabilidad es de los ministros de Finanzas de la UE. Y es que, los responsables ministeriales también fueron reprobados por no proporcionar una orientación clara y coherente de políticas a la Comisión. También pide que el Parlamento electo tras los comicios de mayo profundice en el trabajo realizado hasta ahora.
Otra de las críticas del estudio subraya que, en demasiadas ocasiones, los parlamentos nacionales de los países intervenidos fueron dejados de lado de las decisiones económicas. La ECON entiende que las medidas tuvieron «una talla única para todos», sin tener en cuenta las diferentes circunstancias de cada entorno, lo que demuestra su «incapacidad para adaptar las recomendaciones políticas cuando se demostraron ineficaces o basadas en presupuestos errados, como pasó cuando el crecimiento previsto no se concretó».
Más allá de la creación de un Fondo Monetario Europeo, la investigación también pide con «alta prioridad» una estrategia de comunicación mejorada, así como la necesidad de tener un plan B, en caso de que las suposiciones sean incorrectas. «Los acuerdos que sustentan todos los programas deberían reflejar mejor las dimensiones sociales y de empleo, de modo que no se sacrifiquen innecesariamente, como ha ocurrido a veces», añaden. Además, el documento recomienda que en cada país se debe garantizar que los recortes presupuestarios van acompañados de medidas para promover el crecimiento. Finalmente, aboga por una mayor participación de los interlocutores sociales, de los parlamentos nacionales y del propio Parlamento Europeo.
Las consecuencias en Portugal y Grecia
La ciudadanía de los cuatro países que han sufrido el rescate financiero de la troika (Portugal, Grecia, Irlanda y Chipre) se ha mostrado contraria a las medidas. Sin ir más lejos, el presupuesto portugués para este 2014 supone un nuevo recorte de 3.900 millones de euros. «Sigue la línea de las propuestas del Banco Central Europeo y del FMI, aplicando una receta que no ha resultado por los graves costos sociales que tiene», apunta a euroXpress la investigadora de la Universidad de Lisboa Cátia Miriam Costa.
«Todos los sacrificios que aplastaron a la población del país en el último año, que forzaron la emigración de cientos de miles de personas, no han tenido impacto en el déficit. Los datos del Boletín Estadístico del Banco de Portugal revelaron que la deuda pública ha alcanzado el 131,4 por ciento del PIB. Cuando la troika llegó a Portugal, la deuda era del 97 por ciento y se consideraba 'insostenible'. Las conclusiones son evidentes: la intervención de la troika y las acciones del Gobierno no tienen nada que ver con la deuda y el déficit, sino con la destrucción del modelo social, de los salarios y de las pensiones, de los sistemas de apoyo para las personas y, finalmente, la democracia», afirman desde el colectivo 'Que se Lixe a Troika!', instigador de una de las grandes manifestaciones contra la troika en Portugal, que tuvo lugar el pasado mes de octubre.
Tampoco es muy diferente la situación vivida en Grecia, donde la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) ha evaluado los efectos de la crisis en materia humanitaria y plantear la necesidad de responsabilizar a los culpables de las violaciones. «La finalidad era recolectar pruebas de que las medidas de austeridad y las reformas estructurales que el Gobierno ha aplicado como condición del rescate han provocado una situación en la que los derechos económicos, sociales y políticos y los fundamentos democráticos están amenazados», explicó a la agencia IPS la responsable de la FIDH para Europa Occidental, Elena Crespi.
La crisis económica griega se ha profundizado desde que el país fue rescatado. Según corrobora la revista The Lancet, en 2013 el país sufrió una contracción económica por sexto año consecutivo: concretamente ha recortado su potencia económica en un 20 por ciento entre 2008 y 2012. Además el desempleo se ha disparado, pasando del 7,7 por ciento en 2008 al 24,3 por ciento en 2012.