Solo un pequeño grupo de diputados rebeldes del partido de Merkel y de sus aliados liberales se han unido al partido de La Izquierda para rechazar la propuesta de ampliación del FEEF, con el argumento de que la carga financiera para los contribuyentes alemanes parece interminable.
Contra ese argumento, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, ha hablado de responsabilidad frente a una situación en la eurozona extremadamente difícil y un peligro de contagio a la economía real. «Debemos ser el ancla del crecimiento europeo», ha dicho
Los partidos de oposición, Socialistas y Verdes, se han unido a la mayoría de diputados de la CDU-CSU para sacar adelante la reforma del fondo europeo, que implica para Alemania pasar de una aportación en garantías de 123.000 millones de euros a 211.000 millones.
La cifra, exorbitante para cualquier ciudadano alemán, ha provocado un progresivo aumento del euroescepticismo y una pérdida de apoyo de Merkel en las encuestas de intención de voto y en las sucesivas elecciones regionales celebradas este año en Alemania.
Con el respaldo del Bundestag ya son once de los diecisiete países que forman la zona euro los que han aprobado la reforma del fondo. Antes lo han hecho España, Bélgica, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, Eslovenia y Finlandia.
Más flexibilidad, más estabilidad
El FEEF se creó en 2010 y este año se amplió hasta una dotación de 780.000 millones de euros en avales y garantías, pero su capacidad efectiva de préstamo llega solo a 440.000 millones. La reforma que ahora deben ratificar todos los Parlamentos fue aprobada por los jefes de Estado y de gobierno del Eurogrupo el pasado 21 de julio.
Pretende dar mayor flexibilidad al fondo para dar confianza a los mercados sobre la estabilidad financiera de la eurozona. Con el FEEF se podrá prestar dinero a países con problemas financieros sin necesidad de acudir a un rescate formal, comprar deuda pública y recapitalizar bancos.
La Comisión Europea se ha felicitado por el voto del Parlamento alemán y espera que a mediados de octubre esté completado todo el proceso. «Eso sería una muy buena noticia para la eurozona y Europa porque tendremos instrumentos reforzados y suficiente 'munición' para gestionar la actual crisis», ha dicho el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj.