Este año nos centraremos en dos cuestiones que afectan no solo a mujeres y niñas, sino también al desarrollo en general, porque las investigaciones muestran que la planificación familiar voluntaria y la salud materna son dos elementos clave para sacar de la pobreza a las naciones en desarrollo.
Desvelaremos nuevas iniciativas para cada una y buscaremos impulsar a la comunidad mundial tanto en materia de apoyo programático como financiero.
El UNFPA promueve la planificación familiar voluntaria desde que empezó a funcionar, en 1969, y si algo hemos aprendido en las décadas transcurridas desde entonces es que la capacidad de las mujeres de planificar cuándo y cuán espaciadamente quieren tener a sus hijos es esencial para el progreso nacional en todas las áreas, desde la educación a la salud o a la prosperidad económica.
Y, lo que es igualmente importante, hemos aprendido que la planificación familiar se refiere a algo más que solo condones y otros elementos para implementarla. Se trata de derechos humanos, información y educación.
En la conferencia de Women Deliver, el UNFPA lanzará una nueva asociación con la Federación Internacional de Paternidad Planificada (IPPF, por sus siglas en inglés) para aumentar el acceso a la planificación familiar en algunas de las áreas del mundo a las que es más difícil llegar.
En cooperación con la IPPF, buscaremos impulsar los compromisos políticos desde 13 naciones en las que el uso de anticonceptivos es bajo, a fin de incrementar el apoyo a los programas para educar a las mujeres y a los hombres sobre los beneficios de la planificación familiar.
La segunda iniciativa importante del UNFPA en realidad tiene lugar en los días previos a la conferencia de Women Deliver, cuando somos coanfitriones de un simposio sobre el papel crucial y de primera línea que desempeñan las parteras a la hora de reducir las muertes maternas y las discapacidades relacionadas con el parto, así como de mejorar los indicadores nacionales de salud en general.
Las principales agencias de la Organización de las Naciones Unidas, representantes de la sociedad civil, políticos y funcionarios de naciones donantes se unirán a más de 230 parteras para discutir cómo aumentar la cantidad y mejorar las habilidades de las matronas en los países en desarrollo.
En el simposio, el UNFPA, junto con sus socios de Intel, la Organización Mundial de la Salud y Jhpiego, una entidad no gubernamental adjunta a la Universidad Johns Hopkins, desarrollarán un nuevo módulo de capacitación en Internet para trabajadoras que están en la primera línea de la salud materna, a fin de ayudarles a abordar problemas como la preclampsia, las excesivas hemorragias posparto y los trabajos de parto prolongado y con obstrucciones.
Estas complicaciones médicas pueden ser cuestiones de vida o muerte para las mujeres que dan a luz en el mundo pobre, así que esta es una iniciativa de importancia crucial.
Pero está claro que estas iniciativas sobre planificación familiar y salud materna solo tendrán éxito si las abrazan líderes gubernamentales que están en posición de financiarlas y apoyarlas. Y a menudo hay obstáculos para eso.
El primer obstáculo es, por supuesto, el dinero. Los gobiernos que se esfuerzan para satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos enfrentan una severa competencia por recursos escasos. Pero la planificación familiar y la salud materna son tan importantes para el desarrollo a largo plazo que deberían estar entre las principales prioridades de gasto para los gobiernos de naciones en desarrollo.
Y como ayudar a las naciones subdesarrolladas a salir de la pobreza es tan vital para la seguridad internacional y para la economía global, la planificación familiar voluntaria y la salud materna deberían ser prioridades de inversión también para las naciones desarrolladas.
El segundo obstáculo que se interpone en el camino de las iniciativas de planificación familiar, en particular, son algunas prácticas culturales. Lo triste es que algunas sociedades todavía niegan los derechos humanos de la mitad de sus poblaciones en nombre de tradiciones culturales que infligen daños físicos, sociales y psicológicos a mujeres y niñas.
El UNFPA considera que hace mucho terminó el tiempo en que los hombres podían o tenían permitido dictar los derechos reproductivos de las mujeres. Las niñas no deberían ser obligadas a casarse. Las relaciones sexuales siempre deberían practicarse sin coerciones. Y cada mujer debería tener los medios de disfrutar de su derecho humano y libertad de elegir si tendrá hijos, cuántos y cuándo.
Plantearemos estos asuntos en la conferencia de Women Deliver en Kuala Lumpur, y espero que todos quienes participen se vayan con un compromiso renovado hacia el rol central que estos temas juegan en el futuro de la humanidad y en el abordaje de los desafíos de la planificación familiar y la salud materna de un modo directo.