Este mercado común promueve la libre circulación de las personas, de las mercancías (unión aduanera), de los servicios y de los capitales. Así, se asegura a todos los ciudadanos de la UE que podrán elegir con plena libertad el lugar donde quieran vivir, estudiar o hacer negocios.
Para entender los orígenes de este proyecto único hay que remontarse a la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en 1951. Esta primera unión, germen de la actual Unión Europea, se desarrolló en torno al principio de una integración política pero también económica de acuerdo con la declaración Schuman del 9 mayo de 1950 que anunciaba el establecimiento de un espacio de mercado común entre Francia y Alemania, los dos fundadores originarios.
Con razón, se eligió el carbón y el acero que eran los materiales imprescindibles de una producción industrial importante en el contexto de reconstrucción tras la segunda guerra mundial. La cooperación entre los dos países, favoreciendo más bien los intercambios con medidas proteccionistas, debía evitar que se declararan otras guerras. En paralelo y con el fin de consolidar este proceso, se crearon instituciones supranacionales encargadas de supervisar la unión.
Con todo, habría de esperar hasta 1957 con la firma del Tratado de Roma, para que se estableciera la Comunidad Económica Europea que asienta definitivamente las «cuatro libertades fundamentales» del mercado interior europeo, es decir: la libre circulación de los trabajadores, de los servicios, de los capitales y de las mercancías.
En 1992 nace la Unión Europea que pronto iba a suponer la creación de la Unión Económica y Monetaria como proceso de integración más amplio. De hecho, la introducción de la moneda única como garantía de estabilidad de los precios era un paso bisagra para completar este proceso de unión. En 2004 falló el intento de crear una Constitución para Europa y la Directiva Bolkestein en 2006 que pretendía facilitar el establecimiento de los prestadores de servicios en los países miembros, simplificando los procedimientos administrativos.
El mercado común ha beneficiado a los consumidores pues se apoya también en políticas comunes tales como la política agrícola común (PAC) y pesca o de transportes. Las comunicaciones telefónicas son más baratas,las líneas aéreas se han multiplicado, un mercado tan grande atrae a los inversores extranjeros...
Desde los primeros años del mercado común, las empresas se implantaron en toda Europa. Se observó un crecimiento importante con un auge de la concurrencia. Era la oportunidad de tener acceso a un mercado enorme de millones de consumidores que permite a las empresas ser muy competitivas a nivel mundial. Sin embargo, los tiempos y los créditos necesarios para la creación de una empresa varían mucho de unos países a otros, y eso modera el desarrollo.