La relación entre el número de desempleados y la población activa, proporción porcentual conocida como 'tasa de desempleo', de Portugal para los meses de abril, mayo y junio de este año fue del 13,9 por ciento, 1,2 puntos porcentuales menos que durante el primer trimestre del año. El segundo trimestre corresponde con un período estacional en el que habitualmente el desempleo disminuye respaldado por la creación de puestos de trabajo temporales, especialmente en los sectores turísticos y de la restauración, pero su comparación respecto al mismo trimestre en 2013, retirando así los factores coyunturales, también se sitúa por debajo, en concreto, 2,5 puntos porcentuales.
Los resultados recientemente revelados por el INE corroboran una tendencia laboral que se prolonga ya desde principios de 2013, cuando la tasa de desempleo lusa alcanzó la cota del 17,5 por ciento. A partir de entonces todo han sido buenas noticias para la ciudadanía lusa, que ha recibido con satisfacción cada nueva publicación del INE. Y van cinco: 16,4 por ciento (segundo cuatrimestre de 2013), 15,5 por ciento (tercer cuatrimestre de 2013), 15,3 por ciento (cuarto cuatrimestre de 2013), 15,1 (primer cuatrimestre de 2014) y el actual 13,9 por ciento.
En términos absolutos esto significa que Portugal ha recuperado a 137.400 desempleados: las actuales 728.900 personas paradas implican el 15,9 por ciento menos que hace un año (788.100). Con 87.700 trabajadores más que entonces, la población empleada es de 4.514.600 personas, el 2,0 por ciento más que en el trimestre homólogo de 2013.
También mejora el desempleo juvenil (de 15 a 24 años), pues ha tenido una caída del 8,6 por ciento, hasta las 129.300 personas. Incluso los desempleados de larga duración han disminuido, situándose en el 9,4 por ciento. Hasta aquí, todo son buenas noticias para este país.
La otra cara del crecimiento
Pero, una vez más en comparación con el mismo período del pasado ejercicio, no toda la disminución del desempleo se corresponde con la creación de nuevos puestos de trabajo en el país. La diferencia entre los 87.700 trabajos creados y la disminución de 137.400 desempleos se explica bien con la conversión de parte de la población activa en inactiva, bien directamente con la disminución de la población, tanto por el saldo entre los nacimientos y las defunciones como por el saldo migratorio. Precisamente el año pasado en estas mismas fechas, la República Portuguesa ha perdido 62.800 personas, el 0,9 por ciento de sus habitantes.
No es un dato aislado. La población residente en Portugal descenderá drásticamente en los próximos años. El envejecimiento de la ciudadanía y la emigración explican las estimaciones del INE, que en su escenario más probable dibuja una desaparición del veinte por ciento de portuguesas y portugueses, de los 10,5 millones de personas en 2012 a los 8,6 estimados para 2060.
Por otra parte, la tasa de empleo es del 50,8 por ciento, 1,2 puntos porcentuales más que hace doce meses. Este porcentaje, preferido por algunos economistas, es el resultado del coeficiente entre la población ocupada y la que efectivamente está en condiciones de formar parte del mercado laboral. Es decir, aquellas personas que, estando en disposición de lograrlo, quieren obtener un empleo pero no lo consiguen.
Este índice deja sobre la mesa una realidad sonrojante, la que se trasluce al seccionar el porcentaje por sexos: la tasa de empleo de los hombres (56,1 por ciento) está 9,9 puntos porcentuales por encima de la de las mujeres (46,2 por ciento). De hecho, la mejoría en este sentido recae más en los varones (1,5 puntos porcentuales con respecto al mismo trimestre de 2013) que en las mujeres (0,6 puntos porcentuales).