A pesar de la resistencia de Alemania, Holanda y Finlandia, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha dejado claro que en el consejo del pasado 29 de junio llegaron al acuerdo de que el futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), pueda dar dinero directamente a los bancos sin que los países a los que pertenecen tengan que arrostrar esa deuda.
«Los jefes de Estado y de Gobierno acordaron el 29 de junio que el futuro MEDE debería tener la posibilidad de recapitalizar directamente a los bancos, una vez que esté en marcha el nuevo mecanismo de supervisión», lo ha dicho Barroso en rueda de prensa tras recibir en Bruselas al primer ministro irlandés, Enda Kenny.
El pasado martes Alemania, Holanda y Finlandia concluyeron, por su parte, los términos en los que estarían dispuestos a permitir que eso ocurriera. En una declaración conjunta daban a entender que podrían rechazar el acuerdo del consejo de junio. Los firmantes marcaban una diferencia entre los problemas bancarios que se puedan presentar en el futuro y los actuales de España, Irlanda y Grecia que, señalaban, seguirían siendo responsabilidad de los gobiernos respectivos.
Esto cayó como una bomba en España e Irlanda que habían interpretado la resolución de junio como que podrían finalmente sacar a esos bancos de sus deudas públicas.
Él estaba allí
Barroso ha querido que quede claro. «Yo participé y recuerdo muy bien no sólo las conclusiones sino también el espíritu, el contexto, el acuerdo alcanzado». Ahora, ha dicho, que trabajarán en las cuestiones técnicas. «Algunas deben examinarse todavía, pero creo que podremos llegar a un acuerdo bueno para Irlanda y todos los demás».
El presidente de la Comisión Europea ha señlado la importancia de que se cumplan los compromisos que se asumieron en el Consejo Europeo de junio. «Es una cuestión de credibilidad para la UE y para todos los Estados miembros», ha dicho.
Por su parte el primer ministro irlandés, que se encontraba en Bruselas para hablar de la próxima presidencia de turno de su país, ha reclamado que se aceleren los trabajos para que el Banco Central Europeo (BCE) pueda comenzar la supervisión de la banca de la eurozona y, de esta manera, pueda comenzar a funcionar pronto la recapitalización directa.
Kenny ha dicho que las decisiones del Consejo Europeo se han cuestionado a veces «incluso al día siguiente, y eso es algo que no se debe aceptar en el futuro. Es una cuestión de credibilidad y confianza».