El ejecutivo comunitario ha aceptado las cantidades presentadas por las diferentes autoridades nacionales, excepto las de tres países entre los que no se encuentra España, a los que pidió que revisaran sus peticiones que consideró injustificadas.
Hasta el jueves no se conocerá si los países recibirán las ayudas que han pedido en su totalidad o si se aplicará una reducción proporcional o si han encontrado alguna forma de ampliar el fondo.
Bruselas destinó 210 millones de euros para cubrir el 50% de las pérdidas de los agricultores en cinco productos: pepino, tomate, lechuga, calabacín y pimiento.
Los Estados miembros han tenido un plazo, que terminó la semana pasada, para comunicar el valor de los daños sufridos por sus agricultores y las compensaciones que pedían. Una vez que la Comisión europea comunique la cantidad final que corresponde a cada país, estos podrán comenzar a pagarlas. Más tarde el fondo comunitario las reembolsará.
Los países más afectados por la crisis originada por la bacteria E.coli, entre ellos España, consideraron que los 210 millones de euros que ofrecía la UE no eran suficientes para cubrir las pérdidas y el descrédito que habían sufrido los productos agrícolas. Sólo se han considerado las pérdidas de los agricultores que han tenido que retirar sus productos del mercado.