El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha confirmado que el gobierno establecerá, en los próximos días o semanas, una regulación de estas sociedades, que permitirán separar los activos inmobiliarios de la banca. No hay detalles, pero sí que la operación será voluntaria y que cada entidad financiera podrá crear «su propio vehículo con unas reglas determinadas».
Esos activos problemáticos suman unos 180.000 millones de euros y, según de Guindos, se sacarán del balance de los bancos a precio de mercado, por eso «la posibilidad de que entren compradores está siempre ahí». El ministro asegura que «en principio» la operación no requerirá ayudas públicas.
La rapidez con la que se puedan crear estas sociedades depende de si las entidades han hecho ya o no los ajustes que marcaba el decreto de reforma financiera aprobado por el gobierno en febrero, que fija una provisión de fondos del 35% para la vivienda terminada, 65% para las promociones en curso y 80% para el suelo.
Este jueves, el Fondo Monetario Internacional hacía una petición al gobierno español que profundice en las reformas del sistema financiero y realice un diagnóstico de los activos problemáticos de la banca. Sin referirse a la posibilidad de crear un «banco malo» que asuma las pérdidas, el portavoz del FMI, Gerry Rice, dijo que «existen diferentes enfoques para llegar a una solución... Mientras tanto, los bancos deberían limpiar lo máximo posible sus balances».
El anuncio de De Guindos era casi paralelo a la intervención de Mario Draghi, tras la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo en Barcelona, donde ha mostrado su confianza en las reformas fiscales y del sistema bancario que realiza España y ha insistido en que «si tienes un problema con el sistema financiero hay que afrontarlo».
Draghi se ha entrevistado por la noche con Mariano Rajoy, pero solo ha trascendido la petición del presidente del gobierno para que toda la UE trabaje con el doble objetivo de reducir el déficit y alcanzar el crecimiento económico.