Desde que el déficit público se ha disparado, tras los mecanismos de combate contra la crisis económica, el escrutinio de Bruselas ha sido cada vez mayor, que ha pasado en los últimos años de hacer leves recomendaciones, a mirar con lupa y mantener duras exigencias a todos los Estados miembros.Y en especial a aquellos países «rescatados», como España.
Así, el Gobierno de Mariano Rajoy se ha visto inmerso en cábalas numéricas para intentar rebajar el déficit público que es lo que la Comisión Europea vigila más. Se prevé que, en lo que queda de legislatura, el déficit pase del 6,6% al 2,6% tal y como exige Bruselas.
A saber: se ha recortado en educación, sanidad, se han congelado las pensiones, sueldos de funcionarios y el ex ministro Miguel Ángel Arias Cañete, en su primer acto de campaña como candidato a los europeas, asegura que quiere cumplir la promesa electoral de "bajar los impuestos". El Partido Popular es positivo y considera que la con mejora económica, se podrá recaudar más. Así, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro ha asegurado que el PIB aumentará seis décimas de lo previsto anteriormente.
La lupa europea ya está encima de Madrid, a pesar de que Bruselas ya avisó a España de que debía hacer reformas fiscales para marzo de 2014. El Gobierno español lo retrasa para junio, en clave política, ya que quiere esperar a hacer reformas después de las elecciones europeas, del 25 de mayo.