Más de 300 investigadores y expertos se reúnen este martes y el miércoles en la ciudad belga de Ostende convocados por la presidencia belga de turno, la Comisión Europea y el Consejo Marino de la Fundación Europea de la ciencia en la conferencia EurOCEAN2010.
Como ha dicho la comisaria de Asuntos de Pesca y Marítimos, Maria Damanaki, «Elaborar una política marítima sin una investigación marina fuerte es como construir un castillo de arena a la orilla de un mar que sube» y añade que para reforzar la industria y los servicios financieros marítimos es necesario más investigación aumentando los presupuestos.
La investigación es esencial para explotar la energía o para evitar catástrofes como la marea negra en el golfo de México. Las reservas alimentarias del mar son necesarias para dar de comer a una población mundial en expansión. La biotecnología marina ofrece un amplísimo panorama para encontrar nuevos medicamentos.
El potencial que guarda el mar es enorme pero se terminará si no está bien gestionado.
Hace unos días unos 100 científicos reunidos en el ForoMarine Board-ESF de Bruselas han propuesto la creación de una red integral de observatorios para monitorizar e investigar los mares de Europa. Una iniciativa que se discutirá en EurOCEAN 2010. La misión de la red será aportar datos fiables a largo plazo para respaldar la ciencia y las políticas relativas al uso de los mares para la pesca, la acuicultura, la energía, el transporte marítimo, el turismo o el ocio.
Según la Comisión Europea, si se redujera el 25% de la incertidumbre sobre la futura subida del mar por el cambio climático, Europa se podría ahorrar unos 100 millones de euros al año en defensas costeras.
Más del 50% del territorio europeo está formado por los mares y océanos y esas aguas están ya afectadas en gran parte por el cambio climático. «Una cosa es cierta, dentro de un periodo de entre 50 a 100 años nuestros ecosistemas marinos van a ser muy diferentes de los que conocemos hoy en día... Lo que me asusta es que no sé cómo de diferentes» dice el profesor, Michael Thorndyke, de la Real Academia Sueca de Ciencias.
Pero además del cambio climático hay otras muchas acciones que ejercen una gran presión sobre los océanos. Un ejemplo es el transporte marítimo que ocupa un lugar muy importante en la UE. Casi el 90% del comercio de mercancías fuera de Europa se realiza por mar. Este sector produce el 4,5% de las emisiones globales a la atmósfera. La investigación y la tecnología en este tema podría desarrollar un transporte más seguro, sostenible y eficiente.
En cuanto a la energía para el año 2050, el 15% de la electricidad europea podría venir del mar producida por las olas, las mareas o el viento pero para eso es necesaria una cuidadosa planificación del espacio marino. Las prioridades de los océanos y mares de Europa se plasmarán en un documento que se hará público al terminar la conferencia.