En Europa, no solamente las finanzas están en crisis, también lo está la biodiversidad. Las especies se extinguen a una velocidad sin precedentes. Que los agricultores y los pescadores europeos formen parte activa de la protección de la naturaleza es la base de la nueva estrategia de la UE para proteger la biodiversidad.
Muchos ecosistemas están tan degradados que no pueden ofrecer los muchos servicios que se necesita de ellos como un aire y un agua limpios, la polinización de los cultivos o protección frente a inundaciones. Y son los que trabajan la naturaleza los que se deben sentir más obligados a protegerla y recibir incentivos para ello.
La UE ha presentado una nueva estrategia dirigida a proteger la biodiversidad basada en seis objetivos fundamentales que pretenden abordar los principales factores que actúan sobre la naturaleza para aligerar la presión que se ejerce sobre ella.
El comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnick ha reconocido la poca eficacia que han tenido hasta ahora las medidas que se han adoptado para evitar la pérdida de biodiversidad. Con esta nueva estrategia a diez años vista pretende dar un nuevo enfoque. «Somos parte de la biodiversidad, pero de ella depende también nuestro alimento, el agua potable, el aire limpio, así como un clima estable», ha dicho el comisario «que ha añadido que "estamos gastando demasiado deprisa nuestro capital natural».
En materia de pesca, propone reforzar la protección de las poblaciones de peces. No pescar más cantidad de la que permita la conservación de las especies.
Hacer un mayor esfuerzo en agricultura y silvicultura, que las medidas de desarrollo rural que estén financiadas por la política agrícola común -PAC- den prioridad a la conservación de la biodiversidad y que se incentive a los propietarios de bosques para que adopten planes destinados a la buena gestión y sostenibilidad.
Recuperar en los próximos 10 años al menos el 15% de los ecosistemas degradados, aumentando el uso de infraestructuras verdes. En este sentido los Estados miembros deberán presentar sus prioridades en 2014. Aumentar la red de espacios protegidos Natura 2000, sobre todo en las zonas costeras y marinas en las que solo un 4% está protegido.
Controlar las especies invasoras, como el mejillón cebra, que están esquilmando los ecosistemas. Los costes asociados a las especies invasoras en la UE ascienden a 12.500 millones de euros al año. La nueva estrategia contempla también destinar fondos a los ecosistemas mundiales y a la pérdida de biodiversidad a nivel global.
Las tasas actuales de extinción de especies en el mundo son hasta 10.000 veces superiores a las naturales, y eso se debe sobre todo a la actividad humana. En la UE cerca del 25% de las especies animales mamíferos, anfibios, reptiles, aves y mariposas están en peligro de extinción. El 88% de las poblaciones de peces están sobreexplotadas o considerablemente mermadas.