Hablamos con Hugh Sealy, presidente del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de la ONU
El Mecanismo de Desarrollo Limpio, está en crisis debido al desplome de los precios que se paga por los bonos de carbono. En los últimos años ha caído la demanda de los principales compradores, especialmente la UE, países obligados a disminuir sus emisiones contaminantes en el marco del Protocolo de Kyoto, ya que los objetivos de reducción no han aumentado significativamente y el crecimiento económico ha sido más lento
En la 20 Conferencia de las Partes (COP 20) de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), que está teniendo lugar en la capital peruana, la junta ejecutiva del MDL trata de convencer a los negociadores de que renueven sus compromisos con el mecanismo, que ya tiene 10 años.
Hugh Sealy, presidente del MDL, explica por qué se complicó el instrumento y qué desafíos quedan por delante.
¿Puede trazar un panorama general de la situación del MDL?
Hugh Sealy: La perspectiva general es que el MDL se encuentra en una encrucijada. Los mercados colapsaron. El precio de las RCE [certificación de las reducciones de emisiones] ha caído a 0,30 dólares, comparado con los más de 30 dólares de hace cinco años.
¿Qué se ha logrado hasta el momento?
HG: El mecanismo ha permitido el registro de 7.800 proyectos y programas en 107 países en desarrollo con cientos de miles de millones de dólares en inversiones, que han significado 1.500 millones menos de toneladas de gases de efecto invernadero liberadas a la atmósfera.
¿Cuál fue el problema para el MDL?
HG: El origen del problema, y es mi opinión personal, fue la directiva de la Unión Europea (UE) de 2009 (de restringir la posibilidad de los créditos internacionales y de prohibirlos del todo a partir de 2020), que entró en vigor el 1 de enero de 2013.
Japón decidió crear su propio sistema, Australia siguió su propio camino, al igual que Canadá, y Estados Unidos nunca se interesó.
Si existe un sistema en que la UE, como nuestro mayor comprador va a excluir a todas las otras unidades, entonces el mercado no tomará muchas de ellas. Ahí fue cuando los precios comenzaron a caer.
¿Cree que tendría que haber habido un mercado regulado para las RCE?
HG: Un mercado como ese, que no es cualquier mercancía, tendría que haber tenido un suelo, como tienen otros. Pero ahora el Banco Mundial dice que deberíamos crear un fondo de reserva del mercado que pueda absorber el exceso de créditos.
Dicen que se necesitarían unos 3.000 millones de dólares para absorber todo el exceso. Yo no veo que el exceso sea un problema, sino la falta de demanda. Véase todas las RCE que generamos. Tenemos 1,5 gigatoneladas de emisiones reducidas. La diferencia de emisiones es de 10 gigatoneladas al año. Para mí sigue habiendo una demanda radical y esencial de un sistema de mercado.
La junta ejecutiva del MDL plantea la cancelación voluntaria como opción para crear demanda de RCE. ¿Cuál es la idea detrás de eso?
HG: La idea es que cualquiera, usted como medio de comunicación, yo como persona, una compañía o un gobierno pueda comprar y cancelar RCE de inmediato. Pero no sabemos qué demanda tendremos para la cancelación voluntaria. Como junta directiva creemos que es lo correcto. Poner a disposición RCE para que cualquiera que lo desee pueda reducir su huella de carbono.
¿Cuál sería la solución duradera?
HG: Necesitamos una decisión clara en Lima, y en particular en París [en la COP 21 de 2015] sobre qué papel le corresponde a un mecanismo internacional bajo un nuevo régimen climático. Necesitamos que las partes, en especial los países ricos, eleven su ambición y creen más demanda de RCE.
¿Cuáles son las consecuencias de este desarrollo para los países menos adelantados y los pequeños estados insulares en desarrollo?
HG: Si fuera un desarrollador de uno de esos países, reservaría mis RCE. No buscaría concretar un acuerdo para comprar en este momento. No a 30 centavos. Soy optimista y creo que el precio de las RCE subirá.
Trabajo en una aritmética fundamental, en la que la diferencia de emisiones es de unas 10 gigatoneladas al año y se agranda cada vez más. Si los países deciden que los mercados van a ser un componente vital del acuerdo de París, no veo cómo el precio de las RCE pueda seguir a 30 centavos. Es muy frustrante para países como Jamaica, que ya se registraron en proyectos RCE, o de África.
Si el MDL se desmontara hoy, ¿qué perderíamos?
HG: Perderíamos 10 años de experiencia y de aprender haciendo. Llevó mucho tiempo crear el MDL y llevarlo a la etapa en la que estamos ahora. No le puedo dar una cifra o un valor en dólares, pero hay más de 4.500 organizaciones involucradas con él.
¿Qué pueden hacer al respecto los países en estas negociaciones de Lima?
HG: Pueden aumentar su demanda de RCE antes de 2020, reconocer el valor que agrega el MDL a los sistemas de comercio de emisiones emergentes y reconocer el valor obvio del mecanismo para la respuesta internacional al cambio climático, después de la entrada en vigor del nuevo acuerdo en 2020.
Es uno de los instrumentos más efectivos que hayan creado los gobiernos en el marco de la CMNUCC. Impulsa y fomenta la reducción de emisiones, los fondos climáticos, la transferencia de tecnología, la construcción de capacidades, el desarrollo sostenible y la adaptación, todo lo que los países piden del nuevo acuerdo de París.