«Donde hay desvíos, tiene que haber más medidas; donde no se han aplicado reformas determinadas, tiene que haber un plan claro y calendario de cuándo se aplicarán. Lo mismo ocurre con el plan de privatizaciones: lanzamiento efectivo del plan, lista concreta de activos», ha dicho el portavoz de Economía de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, para aclarar que no se piden nuevos sacrificios a Grecia, sino lo acordado en el programa de rescate.
No faltaba a la verdad, pero la realidad es que el gobierno de Atenas tendrá que hacer nuevos recortes para llegar a lo pactado con la UE y el FMI. La prensa griega habla de 15 exigencias, que incluyen el despido de 100.000 funcionarios hasta 2015, reducir o congelar pensiones y salarios públicos o el cierre y fusión de organismos estatales. Todo parece necesario para que Grecia cumpla los objetivos de déficit comprometidos.
El representante del Fondo Monetario Internacional en Grecia, Bob Traa, también ha pedido hoy que el gobierno griego mejore su recaudación fiscal, porque «la implementación es vital. La pelota está en tejado griego».
En la videoconferencia de esta tarde se analizan los pasos dados hasta ahora por el gobierno griego para alcanzar los objetivos fijados. Grecia debe reducir este año su déficit hasta el 7,5% del PIB, pero en 2010 fue del 10,5%. Su teme que su deuda pública llegue en 2011 hasta el 157%.
La presión no llega solo de las instituciones europeas y el FMI, también de Alemania, principal socio europeo a la hora de poner el dinero del rescate. «Sin un informe positivo de la troika formada por la Comisión de la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que indique que Grecia cumple con sus compromisos no se podrá pagar el próximo plazo de ayudas», dijo ayer el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. El presidente de Baviera, Horst Seehofer, del mismo partido que Merkel,declaró al semanario Der Spiegel que «si el Gobierno griego no quiere o puede seguir el camino marcado, no deberíamos esperar a que los mercados nos fuercen a admitir la realidad...habría que pensar en una salida de Grecia de la zona del euro».
El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, insiste en que su país hará todo lo necesario para cumplir el pacto y afirma que «la semana va a ser muy dolorosa», en referencia a los nuevos ajustes que tendrá que aplicar, pero también se defiende y dijo que Grecia no debe convertirse en «el chivo expiatorio ante la falta de eficacia en la gestión de la crisis de la deuda de la zona euro».
El miedo a una posible suspensión de pagos de Atenas vuelve a repercutir en las Bolsas, que arrancado la semana con nuevas bajadas y en la cotización del euro.