Lagarde avisó a los ministros de Finanzas de la eurozona de «tensiones adicionales y estrés agudo tanto en los bancos como en la deuda soberana en la eurozona» y pide una «política monetaria creativa e inventiva» que favorezca el crecimiento. El Banco Central Europeo, dice, tiene margen para hacerlo. «Pueden ser programas de compra de deuda soberana o una política más tradicional, corresponde al BCE decidir, pero creemos que hay espacio».
Según la directora del FMI, es necesaria la recapitalización de los bancos en dificultades con un «vínculo directo» entre el fondo de rescate y las entidades, sin hacerlo a través de los Estados, para que no repercuta en la deuda.
Lagarde ha pedido además que se relajen las exigencias en el cumplimiento de los ajustes presupuestarios en los países sometidos a la presión de los mercados, aunque se mantegan los objetivos de consolidación. A más largo plazo, el FMI defiende que la zona euro avance hacia una unión bancaria y fiscal, que debería incluir una mutualización de la deuda de los Estados miembros y un control más centralizado de las políticas económicas.