El FMI no concreta la cifra, pero advierte de que el monto total debería ser 1,5 veces más de los 40.000 millones para incluir los costes de restructuración y reclasificación de los préstamos. Se trata de cumplir con las reservas de capital fijadas en los acuerdos Basilea III.
En un comunicado, el organismo internacional afirma que «la resistencia de los bancos a estos choques ha sido muy diferente, en gran parte debido a sus modelos de negocio diferentes y sus diferencias en la calidad de la gestión y las filosofías de gestión de riesgos». Por eso los cálculos para sanear al sector se hacen teniendo en cuenta un escenario extremo, que es plausible en las actuales circunstancias.
Ese escenario contempla una caída del PIB en 4,1% en 2012 y el 1,7% en 2013. El precio de la vivienda se desplomaría el 19,8% este año y el 3,6% el que viene, la tasa de desempleo alcanzaría el 26,6% de media en 2013. y inflación se reduciría al 0,2%.
En ese escenario adverso, el FMI distingue las necesidades de diferentes tipos de entidades financieras española. Santander y BBVA «están lo suficientemente capitalizados y disponen de una sólida rentabilidad como para soportar un mayor deterioro de las condiciones económicas». Sin embargo, se adivinan vulnerabilidades en otros bancos, no «diversificados internacionalmente» y las cajas de ahorro que se han bancarizado y que ya han recibido ayudas del FROB.
La subdirectora de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, Ceyla Pazarbasioglu, señaló que en España «han tomado medidas para abordar la situación de algunos de los bancos más problemáticos y actualmente están llevando a cabo una valoración independiente de todas las carteras, lo cual constituye un paso alentador y debería contribuir a determinar las futuras necesidades de reestructuración».
Sin embargo, añadió también que «en el futuro, será fundamental comunicar una estrategia clara para respaldar los déficit de capital, la experiencia demuestra que es mejor sobreestimar que subestimar».