Grecia está en un callejón que tiene como única salida una intervención rápida y decidida de la Unión Europea. Cada día el gobierno griego suma una mala noticia. Este martes la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's rebajó la nota de la deuda griega a BB+, es decir, lo que los mercados llaman «bono basura», además con perspectivas de más recortes.
La agencia también rebajó el «rating» de Portugal y los datos repercutieron de inmediato en todos los mercados europeos. El temor a que España esté en la misma lista hizo que en la bolsa madrileña el Ibex cerrara con la segunda mayor caída del año, el 4,19 %. El resto de las bolsas europeas cerraron con pérdidas leves.
Con este panorama, empieza a cundir el pánico en los miembros del Eurogrupo que estudian celebrar una cumbre de urgencia el próximo 10 de mayo, para autorizar definitivamente el plan de rescate de Grecia y frenar la especulación en los mercados.
Un día antes, se habrán celebrado en Alemania, las elecciones regionales de Renania-Westfalia, motivo por el que la canciller Angela Merkel está retrasando su decisión de participar en el salvamento griego, convencida de que los contribuyentes no están por la labor de que Alemania vuelva a poner dinero.
En cualquier caso, Grecia no está ayudando mucho. Su ministro de Economía, ha reconocido hoy que su déficit público de 2009 ya revisado por la Comisión hasta el 13,6 % podría ser en realidad del 14%.
Grecia negocia con prisas con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo las condiciones del rescate y las nuevas medidas de ajuste que el parlamento griego tiene previsto aprobar el 6 y 7 de mayo.
El director general del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan, en una entrevista que publica este miércoles el diario francés La Tribune, afirma que «es necesario que los griegos tengan en cuenta que la recuperación de sus cuentas públicas, tras muchos años de errores irresponsables, va a ser dolorosa y difícil», pero añade que sin el apoyo que piden, «la situación de Grecia será insostenible». euroXpress