De Guindos viajó este lunes a Bruselas con el objetivo de justificar las previsiones de déficit español para 2012, que la desviación de lo comprometido el año pasado hasta el 8,5% hace imposible recortar hasta el 4,4% y que el nuevo objetivo de déficit queda en el 5,8%, con la garantía de llegar a la meta del 3% en 2013.
Sin embargo, los ministros de la eurozona no han aceptado la nueva cifra del gobierno Rajoy y piden más esfuerzos, un 0,5% para este año, que equivale a unos 5.000 millones de euros más a recortar sobre lo ya anunciado.
El rechazo a la «decisión soberana» del gobierno español se presta a una doble y opuesta lectura. Se puede entender como una derrota ante el reto lanzado desde Madrid a Bruselas o como una victoria, si se tiene en cuenta que la eurozona acepta por primera vez modificar los peldaños del recorte y ampliar el plazo para llegar al 3% de déficit máximo permitido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
«El Eurogrupo considera que la corrección a tiempo del déficit debe garantizarse con un esfuerzo adicional» dicen en un comunicado difundido al término del encuentro, en el que además exigen a España una rápida y estricta implementación de lanueva ley de estabilidad presupuestaria en todos los niveles de la administración. Aseguran asimismo que el gobierno español ha expresado su conformidad a tenerlo en cuenta en el posterior procedimiento presupuestario.
El ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha asegurado que «no hay la más mínima duda sobre el compromiso de España con el ajuste presupuestario», pero ha recalcado que el entorno es complejo, porque «hay que tener en cuenta que estamos viviendo una recesión, no solo en España, sino también en Europa y que lo básico es volver al crecimiento y la generación de empleo».