«El espíritu de Montmartre y la vida bohemia de París hacia 1900», SchirnKunsthalle
Fráncfort, hasta el 1 de junio de 2014
El distrito 18 de París atrajo a alungos de los artistas modernos más conocidos. Montmartre era un «barrio que se asemeja a un enorme estudio», dijo hacia 1890 un crítico de arte. Se refería a la colina, que en aquellos momentos marcaba la periferia de la capital francesa. Era como un mundo rural que se enfrentaba al París mundano de la «Belle époque». La exposición del Schirn-Kunsthalle de Fráncfort, quiere transmitir al visitante esa atmósfera que hizo de Montmartre un lugar especial. En los años de cambio de siglo (XIX al XX) convivían artistas de circo, escritores, pintores, poetas y ciudadanos que se buscaban la vida en trabajos de costura, lavandería o en tugurios donde coincidían prostitutas, proxenetas, estafadores o ladrones.
Allí coincideron en un mismo espacio Edgar Degas, Pablo Picasso, Henri de Toulouse Lautrec, Vincent van Gogh. La muestra del museo alemán expone más de doscientas obras de Henri de Toulouse-Lautrec , Vincent van Gogh, Pablo Picasso, Suzanne Valadon, Edgar Degas y otros con el objetivo de atraer a los visitantes y situarlo en el ambiente de la «Bohème» de París en torno al cambio de siglo. Fotografías históricas y numerosos carteles e impresiones arrojarán luz sobre otras facetas de uno de los capítulos más coloridos de la historia del arte, pero también uno con el queestán asociados innumerables clichés: las can can-girls en el Moulin Rouge, escenas del café frívolas o el artista sin dinero que se entrega a alcohol, duerme hasta el mediodía y convierte la noche en día.
Sin embargo, reducir Montmartre a estas imágenes familiares significa pasar por alto el realismo con el que los artistas grabaron la vida cotidiana allí. Eran personas que conscientemente había optado por desvincularse de la burguesía al embarcarse en la vida de los bohemios como pobres en la periferia de la sociedad. Sus retratos sorprendentes de forasteros, ladrones, mendigos, artistas callejeros, prostitutas y bebedores reflejaban su nueva percepción de sí mismos. La exposición investiga las circunstancias sociológicas de la época en cuestión y la nueva definición del papel del artista.