Groenlandia puede terminar volviéndose verde, dado que la mayor parte de su enorme cubierta helada está condenada a derretirse, informaba este viernes el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
El nuevo resumen de 36 páginas presentado en Estocolmo por el IPCC, que funciona en la órbita de la Organización de las Naciones Unidas, incluye una advertencia de que hay un 20 por ciento de posibilidades de que los hielos de Groenlandia inicien un derretimiento irreversible con apenas 0,2 grados de recalentamiento adicional.
Ese calentamiento es una certeza en este momento. Sin embargo, el derretimiento de todo el hielo llevará 1.000 años.
«El nuevo informe es otro llamamiento a despertar, diciendo que estamos en grandes problemas y que nos dirigimos hacia niveles peligrosos de cambio climático», dice David Cadman, presidente de ICLEI, la única red de ciudades sostenibles que opera en todo el mundo y a la que están adscritos 1.200 gobiernos locales.
«Intereses (de la industria) de los combustibles fósiles y sus partidarios atacarán al IPCC... Ellos intentarán asustar al público (diciéndole) que tomar medidas pone en riesgo los empleos y la economía», nos dice Cadman . «Eso simplemente no es verdad. Es todo lo contrario».
Evidencia abrumadora
El Resumen para Responsables de Políticas del informe del Grupo de TrabajoI – Bases de Ciencia Física, que se ha conocido este viernes, establece claramente que los seres humanos están calentando el planeta, lo que confirma informes previos que datan de 1997. Desde los años 50, cada década ha sido más caliente que la anterior, señala.
El texto completo sin editar se conocerá el lunes 30 y constituye el primero de los cuatro volúmenes (los de los tres grupos de trabajo más la síntesis) del Quinto Informe de Evaluación del IPCC, conocido como AR5.
Según Thomas Stocker, copresidente del Grupo de Trabajo I «Las temperaturas entre 1983 y 2012 han sido las más cálidas de los últimos 1.400 años».
En respuesta a los informes de prensa de los últimos días que hablaban de una «parada en el calentamiento», Stocker dice que el sistema climático es dinámico, y que es probable que en los últimos años haya llegado más calor a los océanos y que el ritmo de subida de las temperaturas superficiales se haya enlentecido ligeramente.
Hace más de 100 años que los investigadores demostraron que el dióxido de carbono atrapa el calor del sol. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y otras actividades humanas emiten más gas a la atmósfera, donde permanece para siempre, reteniendo más calor ya que actúa como otra capa de aislamiento.
Más del 90 por ciento de esta energía térmica adicional es absorbida por los océanos, según el Resumen para Responsables de Políticas del Quinto Informe de Evaluación. Esto explica por qué las temperaturas de la superficie no son superiores a los 0,8 grados de la media del incremento mundial.
El resumen destaca que la reducción de la capa de hielo del Ártico en las últimas tres décadas ha sido la mayor que se ha registrado en los últimos 1.450 años. Aunque este verano el derretimiento ha sido menor al del año pasado, el Ártico va camino de quedarse sin hielo en la temporada estival de 2050, mucho antes de lo que proyectaban los anteriores informes.
Un consenso cauto
El informe del IPCC, una revisión de las investigaciones científicas disponibles, se ha basado en trabajos de 259 autores de 39 países, y cuenta con 54.677 comentarios. El anterior informe de evaluación, conocido como AR4, se publicó en 2007.
En una conferencia de prensa en Estocolmo Stocker explicaba que «Cada palabra contenida en las 36 páginas fue debatida. Algunos párrafos se discutieron durante más de una hora», «Ningún otro informe científico ha pasado jamás por un filtro tan crítico».
El Resumen para Responsables de Políticas, redactado con cautela, detalla y confirma los impactos observados, como el aumento de las temperaturas, los cambios en los patrones de precipitaciones, los extremos climáticos y más. También confirma que estos y otros impactos empeorarán a medida que aumenten las emisiones de dióxido de carbono. Las actuales emisiones de este gas reflejan ya el peor escenario.
El resumen del AR5 dice que la capa helada de Groenlandia perdió una media de 177.000 millones de toneladas de hielo al año entre 1992 y 2001. Estudios más recientes muestran que el hielo que se pierde ha aumentado sustancialmente desde entonces.
Según el AR5, hay una posibilidad entre cinco de que la capa de hielo de Groenlandia se derrita totalmente si las temperaturas globales aumentan entre 0,8 grados y más de uno, como parece inevitable en este momento. Uno de los motivos es que las temperaturas en el Ártico son casi tres veces más altas que la media mundial.
Si la temperatura media global aumentara casi cuatro grados, se desencadenaría un derretimiento imparable en Groenlandia, lo que haría que el nivel del mar subiera hasta 7 metros.
Pese a estas previsiones, el AR5 dice que no se espera que el nivel del mar suba más de un metro en este siglo. Otros científicos, entre ellos James Hansen, exdirector del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, creen que el mayor derretimiento observado en el Ártico, en Groenlandia, en la Antártida y en los glaciares del mundo en general es una señal de que es posible que en este siglo se produzca un aumento de varios metros en el nivel del mar, a menos que se reduzcan las emisiones.
«Negacionistas climáticos»
Incluso antes de que se hiciera público el nuevo informe del IPCC, los 'negacionistas del cambio climático' lo atacaron y tergiversaron, intentando tachar sus conclusiones como radicales o extremas, dice Charles Greene, profesor de ciencias atmosféricas y de la tierra en la Cornell University de Nueva York.
Greene hacía referencia a un muy documentado esfuerzo de propaganda por parte de algunos miembros de la industria de los combustibles fósiles, así como de organizaciones conservadoras que intentan confundir al público sobre la realidad y la urgencia del calentamiento global. «Por el contrario, el IPCC tiene un largo historial de haber subestimado los impactos» del cambio climático, dice Greene.
Aunque la acción mundial contra el recalentamiento planetario está en punto muerto, algunas ciudades ya están reduciendo sus emisiones de carbono. Los miembros de ICLEI están comprometidos con una reducción del 20 por ciento para 2020 y del 80 por ciento para 2050.
La mayoría de los gobiernos no están tomando iniciativas al respecto, lo que revela claramente el poder y la influencia del sector de los combustibles fósiles, según Cadman. «Las ciudades pueden hacer 10 veces más, pero simplemente no tienen dinero para ello».