El Día sin coches vuelve a fracasar en España

Este miércoles el tráfico urbano fue idéntico al de cualquier día en cualquier ciudad española. Se celebraba el Día sin coches y los ciudadanos ni se enteraron. Concluía la Semana europea de la movilidad, un loable intento de la Comisión europea para animar a los ciudadanos a prescindir del vehículo privado y usar más el transporte público o la bici.

Sin embargo, junto a la falta de costumbre de los españoles de hacer un uso más racional del coche, hay que resaltar la poca voluntad de los ayuntamientos por tomar medidas efectivas, atractivas o, al menos, informativas.

El tráfico en las horas punta de este miércoles ha colapsado, como de costumbre, las entradas o salidas a Madrid, Barcelona, Sevilla y la mayoría de las grandes ciudades españolas. Nada extraordinario, excepto que se celebraba el Día sin coches.

El Ayuntamiento de Madrid, que este año ni siquiera ha informado de la propuesta a los conductores en sus paneles informativos, reconocía que el descenso de la circulación ha sido de apenas un 1% y que, en determinados momentos, ha sido superior a otros días. En el consistorio madrileño dicen que no se cambian los hábitos en un día y recuerdan los proyectos de peatonalización de zonas del centro de la ciudad o las restricciones permanentes al tráfico en algunos barrios.

El Día sin coches es una iniciativa europea que se celebra desde el año 2000 con idéntico seguimiento, o sea, ninguno, y con la que termina la Semana de la movilidad europea, que este año tenía como lema «Muévete con inteligencia y vive mejor». Formalmente es un intento de la UE para concienciar a los ciudadanos de las consecuencias negativas que tiene el uso irracional del coche en la ciudad, tanto para la salud pública como para el medio ambiente.

En España se han sumado este año a la iniciativa 567 municipios, el mayor número de Europa por países. Sin embargo, su repercusión ha sido muy minoritaria, como viene siendo habitual. Charlas, conferencias, actos simbólicos y poco más.

Poca respuesta ciudadana, pero también y sobre todo, poca iniciativa de los grandes Ayuntamientos. La idea de la Comisión europea es que esta Semana de la movilidad sea también una oportunidad para las autoridades públicas para dar alternativas al coche. Bruselas pone ejemplos: sistemas de reparto de vehículos ecológicos, nuevas líneas de transporte público, coches compartidos, carriles para bicicletas, zonas peatonales o limitación del tráfico.

Poco o nada de esto se ha hecho excepcionalmente, más allá de los proyectos escasos de cada municipio. Ecologistas en Acción ha calificado las medidas adoptadas por los Ayuntamientos de «falta de ambición y de relevancia». Consideran que no hay interés real y que se han limitado a realizar «actividades cosméticas». euroXpress