El desnudo del príncipe Harry y la libertad de prensa

¿Sensacionalismo o derecho a la información? El tabloide británico The Sun ha desafiado a la Casa Real británica y publica hoy las fotos del príncipe Harry, desnudo durante una fiesta en Las Vegas, difundidas a través de internet. La noticia habría sido portada de toda la prensa del Reino Unido, pero ningún medio se había atrevido a publicarlas, después de las advertencias de los abogados del heredero de la Corona.

Portada de The Sun con las fotos del príncipe Harry
Portada de The Sun con las fotos del príncipe Harry

Hoy las ya archiconocidas fotos aparecen en la versión de papel y online de The Sun, propiedad de News International, de Robert Murdoch, y su jefe de redacción, David Dinsmore, afirma que habría sido «perverso» no publicarlas, cuando «son de dominio público en todo el mundo».El diario sensacionalista británico asegura que trata de que «los lectores se involucren en la discusión sobre el hombre que es el tercero en la línea al trono, tan simple como eso».

El caso pone en primera plana tanto la posición del príncipe Harry como la situación de la libertad de prensa en el Reino Unido. Una vez que la web de famosos TMZ publicó las fotos de Harry desnudo, supuestamente en una juerga con mujeres en un hotel de Las Vegas, mientras jugaba al «strip billar», la noticia acaparó portadas y páginas enteras sobre el díscolo príncipe que vuelve a poner en apuros a la Casa Real, pero nadie se atrevió a publicar las fotografías.

Desde el Palacio de Saint James, residencia oficial de Carlos de Inglaterra, se había advertido que la difusión de las fotos violaría el código de conducta de la Comisión de Quejas de la Prensa (PCC), que considera «inaceptable fotografiar a individuos en lugares privados sin su consentimiento». Según los abogados de la Casa Real, las fotos «no tienen interés».

Ahora el debate se multiplica en el Reino Unido. La siempre polémica actitud del príncipe es solo una parte superada por las amenazas para censurar desde la Corona y la sumisa actitud de la mayoría de los medios informativos, ante lo que otros consideran un ataque a la libertad de prensa, por encima del derecho a la intimidad de un miembro de la familia real, que cobra del erario público.