España crece. Así lo ha confirmado la OCDE, que ha revisado al alza las perspectivas sobre la economía estatal tanto para este año (1,3 por ciento en lugar del 1 por ciento de hace medio año) como para 2015 (1,7 por ciento frente a las anteriores previsiones, que se quedaban en el 1,5 por ciento), y que para 2016 establece además un techo del 1,9 por ciento. En resumen, en el horizonte se perfila un panorama de recuperación «gradual» durante los próximos años, lo que debería permitir una bajada del desempleo que, a la postre, reactive la demanda.
Pero unas cifras que son cuanto menos amables no esconden la «difícil» situación del mercado laboral español, anclado en los parados de larga duración, en una elevada tasa de inactividad juvenil y en una multiplicación de los contratos temporales. Con estos mimbres, la mejora prevista deja al Estado español en la misma posición en que ahora se encuentra: con una tasa de paro que, entre los 34 países que lideran la economía mundial controlando el 70 por ciento del mercado, sólo la supera Grecia.
Las cifras del desempleo español pasan del 26 por ciento de 2013 al 23,9 por ciento del último trimestre de 2014, hasta el 22,6 por ciento previsto para finales de 2015 y al 21,6 por ciento al concluir 2016. Una presión a la baja sobre los salarios y una inflación muy reducida son las dos consecuencias más probables en ese escenario.
La receta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico pasa por «una implementación plena y efectiva de la agenda de reformas estructurales y mayores esfuerzos para cualificar a los desempleados». Considera que la economía española podría impulsar su potencial de crecimiento a medio plazo si realiza esfuerzos adicionales para incrementar la calidad de la innovación, fortalecer la competitividad y facilitar la creación y el desarrollo de empresas. Habla asimismo de rebajar los contratos a los trabajadores con menor cualificación.
Europa como riesgo mundial
A través de un completo estudio de casi 300 páginas, titulado 'Perspectivas Económicas', el 'club de los ricos' recomienda frenar la austeridad de la zona euro, por lo que ha pedido al Banco Central Europeo (BCE) nuevas medidas de estímulo monetario. La OCDE maneja tiempos de «urgencia», pues considera que ahora mismo Europa supone un riesgo para la economía mundial junto a Japón.
La publicación vislumbra una «moderada mejoría» de la economía mundial en los dos próximos años, pero con «marcadas diferencias entre los principales países y grandes riesgos de vulnerabilidades». En concreto, los números para esta mejoría son del 1,8 por ciento en 2014, del 2,3 por ciento en 2015 y del 2,6 por ciento en 2016. Estados Unidos es de los mejor parados, con previsiones respectivas del 2,2, del 3,1 y del 3,0 por ciento. En el otro lado del espectro se sitúa la zona euro, que apunta hacia porcentajes más modestos: el 0,8 este año, el 1,1 el próximo y el 1,7 por ciento en 2016.
La zona euro es, según la institución con sede en París, la región más «fuertemente expuesta» a riesgos como la volatilidad financiera, la falta de confianza en las perspectivas futuras de crecimiento, un desempleo «particularmente elevado» e incluso una posible deflación si el crecimiento se estanca o las expectativas de inflación vuelven a caer
La economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Catherine L. Mann, resume la situación de la siguiente forma: «Hay once millones de personas más desempleadas que en 2007 en la OCDE. En general, la economía global continúa funcionando en una marcha corta. ¡Mujeres y hombres, enciendan sus motores!».