Inventores de Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Reino Unido, Japón y EE.UU. han sido los reconocidos este año en los premios otorgados por La Oficina Europea de Patentes. Los galardones distinguen las creaciones que no solo sean de gran originalidad tecnológica, sino que tengan un gran impacto social y económico.

El reconocido como mejor inventor no europeo ha sido Charles W. Hull, estadounidense, por la invención de la impresora 3D, implantada ya en muchos ámbitos de trabajo que ha significado un gran avance sobre todo en la industria manufacturera.

En la categoría de investigación, la prueba rápida de ADN que permite conocer la composición genética de una persona sin necesidad de estudios de laboratorio creada por Christopher Toumazou (Reino Unido) ha sido la ganadora.

A Dinamarca ha ido a parar el galardón de las pymes, a Peter Holme Jensen, Claus Hélix-Nielsen y Danielle Keller por el desarrollo de una membrana purificadora de agua que permite ahorrar gran cantidad de energía.

El belga Koen Andries junto al francés Jérôme Guillemont fueron reconocidos en el área industrial. Este equipo de investigación ha desarrollado la primera medicina efectiva en 40 años contra la tuberculosis.

En último lugar el premio popular, cuya elección se hace mediante la página web de los galardones y en la que puede participar todo el mundo, ha recaido en los japoneses Masahiro Hara, Takayuki Nagaya y su equipo, creadores del código QR.

El sistema lleva presente desde hace algunos años en las fábricas y es muy útil para la gestión de inventarios, la administración de documentación de pacientes o como herramienta de marketing.

Entre los inventores nominados había una candidatura española en la categoría PYME, liderados por Carles Puente Baliarda de la empresa FRACTUS. Un referente mundial en la utilización de antenas en dispositivos de pequeño tamaño multibanda.