Otros países como Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Portugal , Suecia o el Reino Unido ya lo habían impuesto hace unos años. En Alemania se pagan 10 euros por visita al médico de cabecera, que se paga como máximo una vez cada tres meses. En la atención especializada, a parte de los 10 euros por visita se pagan 10 más por día de hospitalización hasta un máximo de 250 euros. En las Farmacias el beneficiaciario del sistema sanitario aporta el 10 por ciento del precio de los medicamentos hasta un máximo de 10 euros. Quedan exentos de estas aportaciones los fármacos para niños y enfermos graves.
En Bélgica, se abona un importe variable con un máximo del 35 por ciento del coste de la visita en la atención primaria, la especializada tiene un coste del 40 por ciento la visita y 12 euros por día de hospitalización. El precio de los fármacos varía entre el 25 y el 80 por ciento según el tipo de medicamento. En las consultas de atención primaria están exentas las rentas más bajas, pensionistas y discapacitados.
En Italia sólo se paga la atención especializada, 36 euros por visita y los medicamente tienen reducción los genéricos, mientras que se pagan entre 50 céntimos y 4,50 euros por fármado. La asistencia a niños, pensionistas, enfermos crónicos y rentas más bajas están exentos.
Una exención similar a la de Francia, donde las visitas en asistencia sanitaria, se pagan hasta un 30 por ciento hasta un máximo de 50 euros anuales. En la atención especializada el coste de la visita varía entre el 20 y el 25 por ciento y 16 euros por día de hospitalización.
En Suecia, la asistencia primaria tiene un coste de 11 hasta 17 euros por visita y un máximo de 100 euros anuales. Los usuarios pagan entre 15 y 30 euros por tratamiento y día de hospitalización. El porcentaje farmaceutico que paga el usuario puede ser gratuito, o de un 10, un 20 o un 25 por ciento según el tipo de medicamentos y con un máximo de 420 euros anuales. Los menores de 20 años y las rentas bajas tienen precios más reducidos.
La asistencia sanitaria en el Reino Unido, tanto básica como especializada, es gratuita aunque los pacientes deben pagar 9 euros por medicamento y hay establecido un sistema de bonos anuales para tratamientos crónicos. Quedan exentos del pago farmacéutico niños, las rentas más bajas, embarazadas y enfermos crónicos.
En Portugal, cuesta 2 euros por consulta en el ambulatorio, 3 en el domicilio particular y 5 euros por tratamiento y día de hospitalización. Los portugueses aportan entre el 15 y el 80 por ciento del coste de los medicamentos. Unos precios que no deben abonar las embarazadas, los parados, menores, pensionistas y enfermos crónicos.
España, el último país que ha impuesto el copago farmacéutico, mantiene la gratuidad en la asistencia médica y establece un baremo en los medicamentos que van desde el 10 por ciento del importe del fármaco al 60 por ciento, dependiendo de la situación laboral, el nivel de renta y el tipo de cobertura sanitaria de cada ciudadano.