El convoy de 280 camiones (3km de largo), fue enviado un día después que Moscú anunciara ayuda humanitaria inminente en cooperación con la Cruz Roja para la población del este ucraniano.
Según dijo un responsable de la administración de la región de Moscú, «el convoy llevará a los habitantes del este de Ucrania alrededor de 2.000 toneladas de material humanitario, recaudado por los habitantes de la capital rusa y sus alrededores».
Rusia ha anunciado que cederá al Comité Internacional de la Cruz Roja el control sobre el convoy humanitario una vez llegue a la frontera, según ha declarado la Cancillería rusa.
Por el momento, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha dicho que sólo participará si «todas las partes involucradas» están de acuerdo y le garantizan la seguridad.
Andre Loersch, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha dicho que las discusiones «continuan» y que «todavía deben decidirse muchos aspectos entre ambos gobiernos y el CICR; el CICR necesita más detalles sobre la composición del convoy», ha añadido.
Por su parte, el Gobierno ucraniano ha dejado claro que solo aceptará una misión internacional bajo su supervisión y asegura que el convoy será detenido en la frontera y allí el cargamento será transferido a vehículos de la Cruz Roja, según explicaba el martes el portavoz presidencial, Valery Chaly.
Para el primer ministro, Arseni Yatseniuk, «el cinismo de los rusos no tiene límites. Primero nos entregan tanques, (lanzacohetes múltiples) Grad, terroristas y bandidos que matan a ucranianos y luego nos mandan agua y sal».
Los separatistas controlan unos 60 kilómetros de la frontera con Rusia, es decir, que el convoy podría entrar en Ucrania por la noche sin verificación por parte de Kiev o la comunidad internacional.
Por su parte, las potencias occidentales bloquean cualquier iniciativa rusa por temor a que encubra ayuda militar a los rebeldes.
Según datos de la OTAN, en la última semana, Rusia ha duplicado el número de efectivos a lo largo de su frontera. El portavoz del ejército ucraniano, Andriy Lysenko, corrobora el dato: «A las once de la mañana de hoy, había unos 45.000 efectivos de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa concentrados en las zonas fronterizas».
Según el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, «hay una alta probabilidad de invasión rusa. Los rusos están desarrollando la narrativa y el pretexto de una operación bajo el disfraz de una operación humanitaria.»
Kristalina Georgieva, Comisaria de Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y Protección Civil ha explicado que la forma en que se hará la entrega de la ayuda humanitaria para el este de Ucrania «se discutirá en los próximos días».
La Comisaria ha recordado que el convoy de ayuda humanitaria «tiene que estar autorizado por las autoridades ucranianas» antes de llegar a la frontera y que deberá entregarse de forma que sólo beneficie a «las poblaciones afectadas» y no persiga «ningún otro objetivo», ni político ni de otra índole.
Todo ello ha trascurrido tras las llamadas telefónicas que realizó el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso al presidente de Ucrania, Petro Poroshenko y el presidente ruso, Vladimir Putin, para hablar de la situación en Ucrania.
En ambas conversaciones, Barroso mostró la postura inflexible de la UE en la defensa de la soberanía ucraniana, la integridad territorial, la independencia y el apoyo a la implementación del plan de paz acordado.
Conflicto por el Acuerdo de Asociación UE-Ucrania
En esas llamadas, el Presidente de la CE, Durao Barroso, expresó su preocupación por la concentración de tropas rusas cerca de la frontera con Ucrania, así como el flujo continuo de armas, equipos y militares del territorio ruso, que van en contra de los esfuerzos para aliviar la crisis.
Además, hizo un llamamiento a Rusia para que utilice su influencia y garantice que la población civil pueda abandonar de forma segura y libremente, las áreas de conflicto controladas por grupos armados ilegales.
Entrando en el conflicto secesionista, Barroso hizo hincapié, durante la conversación, en la importancia del proceso de reforma en curso en Ucrania, en vista de la aplicación provisional prevista del Acuerdo de Asociación UE-Ucrania, que incluye un Área de Libre Comercio, así como el suministro de gas.
El Presidente de la CE recordó que las medidas restrictivas de la UE contra la Federación de Rusia, fueron producto de la anexión ilegal de Crimea, con la consecuente desestabilización de Ucrania. Por lo que, ante las restricciones anunciadas por Rusia en la importación de alimentos y productos agrícolas, Barroso afirmó que «no había justificación», y la UE se reservaría el derecho a adoptar las medidas oportunas.
Sin embargo, tanto, el Presidente de la Comisión como el Presidente de Rusia coincidieron en la necesidad de mantener los canales de comunicación abiertos sobre asuntos económico y energético, así como en las relaciones bilaterales generales. Barroso ofreció una vez más al presidente Putin, la posibilidad de trabajar juntos en apoyo de la estabilización de Ucrania, mediante el diálogo nacional sobre la reforma constitucional y la descentralización.
Financiación extra de la UE para Ucrania
El Presidente de la CE, también manifestó la preocupación de la UE sobre el impacto humanitario del conflicto, especialmente para los civiles y pidió que se respete el derecho internacional humanitario y el de las organizaciones humanitarias a ser apoyadas en su trabajo.
Barroso trasladó el deseo de Europa de incrementar la ayuda humanitaria como contribución al plan de respuesta internacional encabezado por la ONU y el gobierno ucraniano.
Finalmente, la UE destinará 2,5 millones de euros adicionales para ayudar a las personas más vulnerables. Ya anteriormente la CE había destinado 250.000 euros a través de la Federación Internacional de la Cruz Roja.
Esta ayuda humanitaria irá orientada a ayudar a registrar y reubicar a las personas desplazadas internamente (PDI), proporcionar refugio, alimentos, agua, atención médica, asistencia psico-social y protección en la preparación para el próximo invierno.
«Hago un llamamiento a todas las partes de este conflicto para facilitar la labor de las organizaciones humanitarias y permitir que se preste asistencia a la población civil necesitada, independientemente de quiénes son y dónde están», ha dicho Kristalina Georgieva.
La ayuda cubrirá las necesidades básicas de la población en las zonas directamente afectadas por el conflicto, los desplazados internos y los refugiados que han huido de las zonas de conflicto, y los repatriados que van de regreso a casa en las áreas recuperadas por el ejército ucraniano. Esta categoría incluye a unos 3,9 millones de personas.
En el este de Ucrania hay registradas 293.000 personas como desplazados, 118.000 internos y 175.000 refugiados en Rusia. Los números pueden ser mayores debido a la falta de un sistema de registro centralizado para los desplazados internos.
El conflicto también ha dado lugar a daños en el sistema de infraestructura, cada vez son más limitados los suministros de electricidad y agua.